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Contundente mensaje del Papa al congreso; hoy habla en la ONU

Viernes, 25 de setiembre de 2015 - 09:05 UTC
“Su Santidad, bienvenido, realmente me alegra que haya venido”, dijo el legislador John Boehner uno de los 81 legisladores católicos de ambas cámaras “Su Santidad, bienvenido, realmente me alegra que haya venido”, dijo el legislador John Boehner uno de los 81 legisladores católicos de ambas cámaras
“La gente de este continente no le teme a los extranjeros, porque muchos de nosotros fuimos alguna vez extranjeros”, dijo. “La gente de este continente no le teme a los extranjeros, porque muchos de nosotros fuimos alguna vez extranjeros”, dijo.
“La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de proteger y defender la vida humana en cada etapa de su desarrollo” “La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de proteger y defender la vida humana en cada etapa de su desarrollo”

Francisco se convirtió este jueves en el primer papa de la historia en hablar ante el pleno del Congreso de Estados Unidos, con un contundente mensaje en el que abordó los temas que dividen a los legisladores, como la inmigración, la pobreza, el tráfico de armas y el cambio climático, entre otros temas importantes.

 El Papa fue recibido por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, el principal artífice de su presencia allí. “Su Santidad, bienvenido, realmente me alegra que haya venido”, dijo el legislador republicano, uno de los 81 legisladores católicos de ambas cámaras, visiblemente emocionado.

Pasadas las 9.45 comenzó la sesión plenaria encabezada por el vicepresidente, Joe Biden, y John Boehner, primero y segundo en línea a la presidencia y ambos católicos.

A las 10, apareció el sargento de armas, quien exclamó: “Señor presidente, el papa de la Santa Sede”. Detrás Francisco entró, en medio de una fuerte ovación, y se subió al estrado en el que el presidente de EE.UU. ofrece su discurso anual sobre el Estado de la Nación

“La gente de este continente no le teme a los extranjeros, porque muchos de nosotros fuimos alguna vez extranjeros”, dijo. “Desgraciadamente los derechos de los inmigrantes que llegaron aquí no se respetaron hace mucho tiempo”, dijo Francisco, lo que originó una gran ovación de pie de los asistentes.

“Tenemos que evitar descartar lo que nos dé problemas. Hay que recordar una regla de oro: hagan con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”, afirmó.

Muchos de los puntos de vista del pontífice se enfrentan con las arraigadas posiciones del Capitolio, donde los republicanos controlan tanto la Cámara baja como el Senado.

“Si queremos seguridad, demos seguridad. Si queremos vida, demos vida. Si queremos oportunidades, demos oportunidades. La vara que usemos para otros, será la vara que el tiempo usará para nosotros”.

El papa argentino, que se presentó a sí mismo el miércoles en la Casa Blanca como “el hijo de una familia de inmigrantes”, dejó clara su conexión personal con un tema que ha abierto debates amargos en la carrera presidencial de 2016 y dentro del partido republicano.

El papa pronunció un discurso en el que utilizó como referencias cuatro personalidades de la historia estadounidense, el expresidente Abraham Lincoln, el Premio Nobel de la paz Martin Luther King Jr., la fundadora del Movimiento de Trabajadores Católicos, Dorothy Day, y el monje cisterciense Thomas Merton.

Sin miedo a los temas controversiales en la política estadounidense, Francisco pidió por la “abolición global de la pena de muerte” porque “una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y la meta de la rehabilitación”.

“Estoy convencido de que esta es la mejor forma porque cada vida es sagrada, cada ser humano está dotado de una dignidad inalienable y la sociedad solo se puede beneficiar de la rehabilitación de aquellos condenados por sus delitos”, añadió.

“La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de proteger y defender la vida humana en cada etapa de su desarrollo”, agregó el pontífice en relación con la pena de muerte, que sigue vigente en 31 de los 50 estados que componen el territorio estadounidense.

Además, el papa Francisco lanzó un llamado a adoptar “acciones valientes” y desarrollar estrategias para enfrentar los efectos del cambio climático, asunto de una encíclica que publicó este año.

“Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos y este Congreso están llamados a tener un papel importante”, expresó el pontífice, quien se refirió a la necesidad de implementar lo que denominó una “cultura del cuidado”.

Sin referirse particularmente a ningún país, Francisco saludó los esfuerzos para retomar relaciones entre países previamente enemistados, en un aparente guiño al reciente cambio de dirección de EU con Cuba e Irán.

“Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos”, dijo el pontífice.

De acuerdo con Francisco, “esto ha requerido y requiere coraje, audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad. Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático”.

Un buen político, reforzó el Papa, “opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios”.

Con el clásico “God bless America” (“Que Dios bendiga a Estados Unidos”), el papa Francisco cerró un discurso con fuerte contenido tras cuarenta minutos, nuevamente, ante una emocionante ovación.

Luego se asomó al balcón del Congreso para dirigirse en español a la multitud que lo esperaba afuera del histórico edificio, haciendo hincapié en la importancia de los niños, y bendijo al pueblo estadounidense. En la histórica explanada del Centro de Washington se estima que unas 50.000 personas siguieron el discurso desde pantallas gigantes.