El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) brasileño cayó en julio a los 82 puntos, su menor nivel desde que comenzó a ser medido, en 2005, por la Fundación Getulio Vargas (FGV), informó este centro privado de estudios económicos.
El indicador que mide la confianza de los consumidores en la economía del país bajó en julio un 2,3% en comparación con junio (83,9 puntos) y un 23,1% en relación al mismo mes del año pasado (106,9 puntos), según el sondeo de la Fundación, que encuestó a 2.116 adultos en las siete mayores ciudades de Brasil.
El ICC se ubicó en julio muy por debajo de su promedio histórico, que es de 111,6 puntos, lo que evidencia la baja disposición del consumidor a ir de compras, de acuerdo con el organismo.
“Por cuarta vez este año, el ICC alcanzó un récord negativo. La caída de la confianza en 2015 viene siendo provocada por la insatisfacción y el pesimismo en torno a la economía y por el empeoramiento de la situación financiera de las familias”, afirmó la coordinadora del sondeo, Viviane Seda Bittencourt, citada en un comunicado de la FGV.
De acuerdo con la economista, ante un escenario económico negativo en el país, “el consumidor retrae su ímpetu para las compras y disminuye aún más las posibilidades de mejoría del actual escenario”.
El Gobierno brasileño anunció la semana pasada un nuevo recorte en los gastos públicos para hacer frente a la difícil coyuntura del país, caracterizada por la fuerte desaceleración económica y por el aumento de la inflación y del desempleo.
La economía brasileña tan sólo creció un 0,1% el año pasado y, según las últimas proyecciones de los economistas, podría sufrir una contracción de hasta el 1,7% en 2015.
Según el proyecto de ley presentado por el gobierno para reducir los gastos públicos, el Ministerio de Hacienda prevé que la economía sufrirá en 2015 una contracción del 1,49%, su peor resultado desde 1990, y que la inflación subirá hasta el 9,0%, la mayor tasa desde 2003.
Además de la inflación, el consumo de los brasileños también ha caído en los últimos meses por la subida de las tasas de interés hasta su mayor nivel en nueve años, lo que encareció el crédito, y por el crecimiento del desempleo, que en junio subió al 6,9% de la población activa, la mayor tasa para este mes desde 2010.