Los bancos privados Bradesco y Santander Brasil reiteraron su interés en adquirir las operaciones brasileñas del británico HSBC y subrayaron que se mantienen en el proceso de negociación, el cual estipulaba la presentación de ofertas no vinculantes el pasado lunes.
En un comunicado enviado a la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM), el Bradesco señaló que “continúa evaluando las oportunidades de negocio que estén alineadas con su estrategia de crecimiento” y “puedan agregar valor a sus accionistas”.
“Cualquier hecho relevante sobre las actividades u operaciones del Bradesco serán debidamente informados al mercado”, subrayó el banco, en referencia a las negociaciones con el HSBC.
En la misma línea, el Santander esclareció a la Comisión de Valores que el banco continúa analizando oportunidades de inversión “en consonancia con su estrategia de negocios” aunque precisó que todavía no existe “ningún compromiso vinculante”. Y añadió: “cualquier hecho relevante será prontamente informado a los accionistas de la compañía y al mercado en general”.
La presidenta del Santander, Ana Botín, manifestó durante un encuentro académico con periodistas latinoamericanos en Madrid que el banco había presentado el lunes la oferta no vinculante, aunque evitó dar detalles sobre la misma. “Estamos en el proceso, pero no puedo comentar más”, afirmó Botín.
Fuentes próximas al negocio señalaron que la oferta presentada por el Santander era “moderada” y precisaron que la posición del HSBC se conocerá a finales de julio.
Independiente del resultado de la venta, existe un periodo de un año para que se concrete la transición, en el que el Santander Brasil puede atraer a los clientes del segmento empresarial y a los de alto poder adquisitivo del HSBC.
El Santander tiene la posibilidad de captar a los clientes de alta gama gracias a su servicio “select”, mientras que las empresas necesitan una entidad de carácter internacional, como es el caso del banco de capital español, según las mismas fuentes.
A diferencia del Santander Brasil y del Bradesco, el Itaú-Unibanco, mayor banco privado del país y que era otro de los supuestos interesados en el negocio, evitó confirmar la presentación de la oferta y comunicó que la institución “continúa analizando potenciales operaciones que agreguen valor” a sus accionistas.