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Tras medio siglo Cuba y EE.UU. restablecen relaciones y abren sus embajadas el 20 de julio

Jueves, 2 de julio de 2015 - 10:26 UTC
Cuba anunció que al acto de apertura de su embajada en Washington, irá una delegación encabezada por el ministro de relaciones exteriores Bruno Rodríguez Cuba anunció que al acto de apertura de su embajada en Washington, irá una delegación encabezada por el ministro de relaciones exteriores Bruno Rodríguez
El anuncio se formalizó con el intercambio de cartas entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, donde ambos confirmaron el 20 de julio El anuncio se formalizó con el intercambio de cartas entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, donde ambos confirmaron el 20 de julio
Para la normalización Cuba también considera “indispensable” la devolución del territorio “ilegalmente ocupado” por la Base Naval de Guantánamo Para la normalización Cuba también considera “indispensable” la devolución del territorio “ilegalmente ocupado” por la Base Naval de Guantánamo

Cuba y EE.UU. dieron este miércoles un paso decisivo en su acercamiento con el acuerdo y fecha para el restablecimiento de sus lazos diplomáticos, lo que, según La Habana, culmina la primera etapa del proceso hacia una normalización de relaciones que no podrá ser total si se mantiene el embargo contra la isla.

 El anuncio se formalizó con el intercambio de cartas entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, donde ambos confirmaron el 20 de julio como la fecha para la restauración diplomática de unas relaciones rotas desde hace más de cinco décadas.

Cuba anunció que ese mismo día se celebrará el acto de apertura de su embajada en Washington, una ceremonia que estará encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores de la isla, Bruno Rodríguez, al que acompañará una delegación “integrada por destacados representantes de la sociedad cubana”, según una declaración oficial del Gobierno de la isla.

En su carta a Obama, Raúl Castro destaca que Cuba asume esta decisión “animada por la intención recíproca de desarrollar relaciones respetuosas y de cooperación entre nuestros pueblos y gobiernos”.

Cuba, añade Castro, “se inspira en los principios y propósitos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional” entre ellos “la igualdad soberana, el arreglo de las controversias por medios pacíficos o abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier estado”.

Además de esa misiva, el Gobierno de Cuba emitió una declaración donde afirma que con el restablecimiento diplomático y apertura de embajadas concluye “la primera etapa de lo que será un largo y complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales”.

Cuba insiste en que no puede haber relaciones normales con EE.UU. mientras se mantenga el embargo contra Cuba, un “bloqueo” según la isla que “se aplica con todo rigor, provoca daños y carencias al pueblo cubano, es el obstáculo principal al desarrollo de nuestra economía y constituye una violación del Derecho Internacional”.

Para esa normalización, la isla también considera “indispensable” la devolución del territorio “ilegalmente ocupado” por la Base Naval de Guantánamo, en el extremo oriental del país caribeño.

Cuba insiste, además, en exigir a EE.UU. que “cesen las transmisiones radiales y televisivas” hacia la isla que considera son “violatorias” de las normas internacionales y “lesivas” a su soberanía, así como que se “eliminen” los programas para “promover la subversión y la desestabilización internas”.

Otro de los reclamos en el proceso de normalización es que “se compense” al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas estadounidenses durante las últimas cinco décadas.

Pese a todo, el Gobierno de Raúl Castro aprovechó para reiterar que está dispuesto a un “un diálogo respetuoso” con Estados Unidos y a “desarrollar relaciones de convivencia civilizada”, basadas en “el respeto a las diferencias” entre ambos Gobiernos y en la cooperación en temas de “beneficio mutuo”.

A diferencia de EE.UU., en Cuba estas declaraciones fueron divulgadas por los medios oficiales sin apariciones públicas ni de Raúl Castro ni de miembros de su gobierno.

Pero en sintonía con la etapa de “deshielo”, los cubanos sí pudieron seguir en directo y con traducción simultánea en la televisión oficial de la isla la declaración que Barack Obama pronunció en la Rosaleda de la Casa Blanca.

Al igual que el histórico anuncio del pasado 17 de diciembre, el acuerdo para la apertura de embajadas fue acogido entre muchos cubanos de a pie con reacciones positivas y la esperanza en que se traduzca en mejoras reales.