Un grupo de agencias de cooperación preocupadas por el impacto negativo de las enfermedades no transmisibles (ENT) sobre las personas y el desarrollo económico de las Américas lanzaron este miércoles una alianza interamericana con el fin de intensificar la respuesta multisectorial para prevenir y controlar estas enfermedades en la región.
“Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las respiratorias crónicas son la causa principal de muerte en las Américas y en el mundo, y enfrentarlas requiere de esfuerzos colectivos y de un abordaje multisectorial como la alianza que lanzamos hoy,” sostuvo la Directora de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Carissa F. Etienne.
La OPS/OMS presidirá el nuevo Grupo Interamericano de Trabajo sobre las Enfermedades No Transmisibles, trabajando en forma colaborativa con la Organización de los Estados Americanos (OEA) y otros socios que incluyen al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Esta alianza proporcionará a los países de la región asesoramiento sobre políticas, asistencia técnica y creación de capacidades, a la vez que facilitará un abordaje común y armonizado para enfrentar la carga de las ENT, con una utilización más eficiente de recursos, el intercambio de información y la creación de redes entre organizaciones e instituciones de la región para asegurar el máximo impacto.
Las ENT, también llamadas crónicas, tienen un desarrollo lento y una duración prolongada. Cada año, alrededor de 4,5 millones de personas mueren por causa de alguna de ellas en la región. Esta cifra representa más del 80% de todas las defunciones, 36% de las cuales se producen en forma prematura, es decir antes de los 70 años. Si no se toman medidas, se espera que las muertes y discapacidades por esta epidemia silenciosa aumenten, así como también, la carga que generan sobre los sistemas de salud y las economías nacionales.
“Debemos actuar ahora. Las ENT son una carga no solo para los pacientes, sus familias y el sector de la salud, sino también para las sociedades y las economías en su conjunto. Luchar contra ellas requiere la creación de entornos que apoyen la salud, a través de asociaciones con otros sectores como agricultura, educación y comercio. Estos son los tipos de acciones que promoveremos conjuntamente con otras agencias del sistema interamericano mientas trabajamos juntos para salvar vidas”, señaló Etienne.
La mayoría de las muertes por ENT están relacionadas con factores de riesgo en común, principalmente el consumo de tabaco, el uso nocivo del alcohol, la dieta poco saludable y la falta de actividad física. La exposición a ellos puede ser modificada con políticas y acciones de todos los sectores de gobierno y de la sociedad, más allá del ámbito de la salud.
Estas políticas incluyen la cobertura universal de salud y de protección social; incentivos para incrementar la producción y oferta de alimentos saludables; educar a los niños y adolescentes acerca de una alimentación sana y de la actividad física, y planificación urbana que contemple espacios públicos que fomenten la actividad física. También, legislación y regulaciones tendientes a reducir el consumo del tabaco, alcohol, sal, azúcar y las grasas trans, medidas consideradas como las “inversiones óptimas” dada su costo-efectividad. El costo global de implementar estas acciones se estima en 11.200 millones de dólares, lo que representa una inversión anual de entre 1 y 3 dólares por persona.
“La salud y bienestar de nuestros ciudadanos está en el centro de la agenda de derechos y equidad de la OEA”, señaló el Secretario General de la OEA, Luis Almagro. “Las enfermedades no transmisibles deben abordarse integralmente. Por ello, la colaboración intergubernamental, interinstitucional e intersectorial es clave para reducir su incidencia”, aseveró durante el lanzamiento del grupo, que tuvo lugar un día después del cierre de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos.
Representantes de Brasil, Jamaica, México, Panamá y Trinidad y Tobago también participaron del lanzamiento de la alianza y presentaron experiencias exitosas de trabajo multisectorial en sus países.
En 2011, jefes de Estado de todo el mundo reconocieron el papel y la responsabilidad de los gobiernos en la reducción de las enfermedades no transmisibles a través de la Declaración Política de las Naciones Unidas para la Prevención y el Control de las ENT. En 2013, la Asamblea Mundial de la Salud respaldó el Plan de Acción Mundial de la OMS para la Prevención y Control de las Enfermedades No Transmisibles, que busca, entre otras cosas, reducir 25% el número de muertes prematuras por ENT para el 2025. A nivel regional, ese mismo año el Consejo Directivo de la OPS/OMS respaldó un plan de acción contra estas enfermedades, que establece metas específicas para la región.