Los líderes de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela aprobaron este viernes la Declaración de Bogotá, un documento que establece una postura unificada para la COP30, programada del 10 al 21 de noviembre en Belém do Pará, Brasil.
Esta cumbre, liderada por los presidentes Gustavo Petro, Luiz Inácio Lula da Silva y Luis Arce Catacora, junto con la vicepresidenta ecuatoriana, María José Pinto, marca un hito en la cooperación regional para preservar el bosque tropical más grande del mundo.
La Declaración de Bogotá compromete a los países amazónicos a intensificar las acciones para cumplir con el Acuerdo de París, limitando el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius.
Además, apoya el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), una iniciativa que busca financiar la conservación de los bosques tropicales.
Este fondo, liderado por Brasil, movilizará recursos de gobiernos y entidades privadas para evitar que la Amazonía llegue a un punto de no retorno. Altos funcionarios también mantuvieron reuniones bilaterales privadas y dialogaron con líderes indígenas, quienes exigieron que las promesas se convirtieran en acciones concretas para salvar el bosque tropical más grande del mundo.
Además, un centro de cooperación policial, que comenzará a operar en septiembre, coordinará esfuerzos regionales conjuntos.
La cumbre incluyó diálogos regionales con líderes indígenas, académicos y la sociedad civil, encabezados por la expresidenta chilena Michelle Bachelet. Estas voces exigieron acciones concretas para proteger a los pueblos indígenas en aislamiento y garantizar el derecho humano al agua potable. Los acuerdos subrayan la necesidad de integrar los conocimientos ancestrales en las políticas públicas.