En sus primeras palabras como presidente reelecto por quinta vez de la FIFA, por el abandono del Príncipe de Jordania antes del balotaje, Joseph Blatter felicitó a su rival por la gran campaña que hizo e inmediatamente después, regaló elogios.
Agradezco que me aceptaron por los próximos cuatro años. Estaré al mando de la FIFA y llevaré este barco de nuevo a la costa.
Lejos de hablar sobre los temas de corrupción, el suizo admitió que tienen problemas que resolver. Pidió una mejor representación de las confederaciones y reclamó más presencia femeninas en los Comités.
Me gusta mi trabajo: no soy perfecto, nadie lo es. Haremos un gran trabajo entre todos, fueron las declaraciones del mandatario, que se quiso hacer notar como un hombre de trabajo y honesto, casi como una víctima de las acusaciones de los Estados Unidos y el FBI.
Por último, planteó que quieren realizar ciertas modificaciones pero no en las Copas del Mundo: El Mundial es muy importante como para tocarlo, por eso no lo he hecho.
El suizo obtuvo 133 votos y su rival el príncipe Alí bin al Hussein consiguió 73. Con este resultado, ambos iban a disputar una segunda vuelta, pero sorpresivamente el asiático decidió bajar su candidatura.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) le quitó el apoyo a Blatter, a contramano de la posición histórica del fallecido ex titular Julio Grondona, pero el suizo continuará al frente de la FIFA al adjudicarse la elección que se celebró en Zurich.
Una breve biografía de Blatter indica que está vinculado a la FIFA desde 1975, de la que luego fue secretario general de 1981 a 1998, año en que fue elegido presidente. Desde entonces no ha estado exento de polémica.
Futbolista aficionado, entrenador, atleta y licenciado en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Lausana y con grado de coronel del ejército suizo, “Sepp” Blatter (Visp/Suiza, marzo 1936) llegó a la presidencia de FIFA el 8 de junio de 1998, como relevo de Havelange después de 23 años. Desde 1999 es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).
Dominador de 5 idiomas -inglés, francés, español, alemán e italiano- y diplomático de primera, Blatter inició su carrera profesional en la Oficina de Turismo de Valais -su región natal-, y en ella incluye la secretaría general de la Federación Suiza de Hockey Hielo y el ejercicio del periodismo.
Relaciones públicas de Longines y director de Sports Timing (1968-75), puesto por el que participó en la organización de los Juegos de Munich’72 y Montreal’76, mantuvo su primer contacto con la FIFA en 1975 y en poco tiempo se ganó la confianza de Havelange. En 1981 el brasileño le designó secretario general.
Aunque pensaba salir de FIFA junto a Havelange, varias federaciones le animaron a optar y ganar la presidencia contra el sueco Lennart Johansson -entonces presidente de la UEFA-. Años después, en vísperas de su primera reelección, su opositores le acusaron de comprar votos y de llevar a la organización a una dictadura.
Fue en 2002 en Seúl. El camerunés Issa Hayatou, hoy todavía en el Comité Ejecutivo, fue su rival, el único que hasta hoy le ha disputado el despacho. Blatter ganó con una autoridad- 139 votos de 197 posibles- y apagó aquel incendio, que llevó al despido de su secretario general, Michel Zen-Ruffinen, después declarado persona non grata para la FIFA.
En un ambiente más tranquilo llegó a su siguiente reelección, retrasada a 2007 para no coincidir en año de Mundial, y fue reelegido sin oposición. Igual empezó el cuarto en 2011, tras la inhabilitación de Bin Hammam, aunque las acusaciones de compra de votos para adjudicar los Mundiales de Rusia y Qatar le llevaron a introducir cambios en su estilo de gobierno.
Uno de ellos fue investigar el caso y fortalecer su Comisión de Ética, formada desde entonces por un órgano de investigación y otro de decisión, aunque de momento no parece tener el efecto deseado.
Hace meses el presidente de la cámara de investigación, el ex-fiscal estadounidense Michael J. García, dimitió después de que su informe sobre Rusia y Catar no se publicara íntegramente y de que el órgano de decisión cerrara el caso sin encontrar irregularidades.
Aunque la resaca del “informe García” tardará tiempo en pasarse y los procesos judiciales en curso pueden deparar “peores noticias”, Blatter inicia su quinto mandato, con dudas sobre lo que harán sus críticos, entre ellos su amigo, el presidente de la UEFA, Michel Platini, otrora considerado su delfín, que personalmente y sin éxito le ha invitado a marcharse.