Europa conmemoró el viernes el 70º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, símbolo de esperanza y libertad, mientras sus líderes alertaban sobre las amenazas actuales como la guerra en Ucrania o el yihadismo.
“No hemos vivido la guerra, la vemos como una realidad lejana, a veces abstracta, aunque no está tan lejos de nosotros, en Ucrania (...), en Oriente Medio, es decir, a cuatro o cinco horas de avión”, declaró el presidente francés, Francois Hollande, al dar los premios del concurso nacional de la resistencia y la deportación a jóvenes franceses.
Lejos de las solemnes ceremonias del 70º aniversario del desembarco de Normandía en 2014, a las que acudieron muchos jefes de Estado, cada país ha elegido esta vez organizar actos nacionales. “Hay ciudadanos franceses que, por desgracia, van a lugares de conflicto donde pueden perder la vida para ser alistados, adoctrinados”, dijo Hollande, en referencia a los cientos de franceses que viajaron a Siria o a Irak para unirse a grupos yihadistas.
Hollande presidió luego una ceremonia en el Arco de Triunfo con el primer ministro, Manuel Valls, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que acudió a París para reunirse con varios de sus homólogos del Golfo. En 1945, “países heridos por la guerra emprendieron un nuevo camino que unió el continente (...) Hoy, gracias a la Unión Europea, estamos más cerca que nunca de una Europa libre y en paz”, afirmó Kerry en una declaración escrita.
“Hoy somos solidarios con el pueblo de Ucrania frente a la agresión rusa (...), recurrimos a su liderazgo (de la UE) en la lucha contra (el grupo) Estado Islámico. Y celebramos su acción para salvar vidas (de migrantes) en el Mediterráneo”, añadió Kerry.
En Alemania, que fue derrotada en 1945 y se convirtió en un modelo de democracia y en una potencia económica, también celebró “la liberación” del oscurantismo nazi y agradeció a los aliados occidentales y al ejército rojo su lucha contra el nazismo.
“Pusieron fin al régimen de terror nacionalsocialista a costa de sacrificios inimaginables”, dijo el presidente del Bundestag (cámara baja), Norbert Lammert, durante una ceremonia en el Parlamento con la canciller Angela Merkel.
Los dirigentes occidentales que viajaron a Moscú para celebrar el 60º aniversario del final del conflicto en 2005, no acudirán a Rusia esta vez, por el conflicto ucraniano. Acusan al Kremlin de armar a los separatistas prorrusos del este de Ucrania, una afirmación que Rusia siempre negó.
En la Plaza Roja de Moscú desfilarán 16.000 soldados y 194 vehículos blindados, y 143 aviones y helicópteros sobrevolarán el lugar. Rusia celebra el final de la guerra el 9 de mayo y no el 8 por la diferencia de husos horarios entre la capital rusa y Berlín, donde se firmó la capitulación alemana.
La guerra en Ucrania suscita mucha preocupación en el continente, sobre todo entre los exmiembros de la Unión Soviética que integraron la Unión Europea y recelan de las aspiraciones rusas. El “lugar de Ucrania” está “dentro del hogar europeo común”, declaró el presidente polaco, Bronislaw Komorowski, que inauguró las conmemoraciones del 8 de mayo en la madrugada del viernes.
“En Europa aún hay fuerzas que recuerdan los periodos más sombríos de la historia europea del siglo XX, que siguen la lógica de las zonas de influencia e intentan mantener a sus vecinos en el estado de dependencia de los vasallos”, afirmó. Para escenificar su ruptura con Moscú, Ucrania, una exrepública soviética que sufrió numerosas bajas entre 1941 y 1945, decidió celebrar por primera vez el final de la guerra el 8 de mayo en lugar del 9.