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Setenta años del fin de la Segunda Guerra y rendición incondicional de los nazis

Jueves, 7 de mayo de 2015 - 19:46 UTC
Tras la derrota de los alemanes a las puertas de Stalingrado, durante el crudo invierno ruso de 1943, el Ejército Nazi del este inició la larga y dolorosa retirada Tras la derrota de los alemanes a las puertas de Stalingrado, durante el crudo invierno ruso de 1943, el Ejército Nazi del este inició la larga y dolorosa retirada
En el frente oeste, los aliados desembarcaban en Normandía, Francia, el 6 de junio de 1944, en el Día D, la operación militar más grande de la historia. En el frente oeste, los aliados desembarcaban en Normandía, Francia, el 6 de junio de 1944, en el Día D, la operación militar más grande de la historia.
La firma de la rendición se realizó el 8 de mayo de 1945 ante los aliados en la ciudad de Reims, al noreste de Francia y en Berlín, ante los soviéticos. La firma de la rendición se realizó el 8 de mayo de 1945 ante los aliados en la ciudad de Reims, al noreste de Francia y en Berlín, ante los soviéticos.
El almirante Karl Dönitz, a quien Hitler había nombrado su sucesor, autorizó la rendición incondicional de Alemania el 7 de mayo de 1945. El almirante Karl Dönitz, a quien Hitler había nombrado su sucesor, autorizó la rendición incondicional de Alemania el 7 de mayo de 1945.

Se cumplen este 7 de mayo setenta años de la finalización de la Segunda Guerra Mundial en Europa, un conflicto que marcó para siempre la historia de la humanidad, cambió las estrategias bélicas, dejó el macabro legado atómico y también una enorme pérdida de vidas humanas.

 ”Comando Alemán acuerda la rendición de todas las fuerzas armadas en Holanda, en el noroeste de Alemania, incluyendo las islas Frislian y Heligoland y todas las islas en Schleswig-Hosltein, así como en Dinamarca, al Comandante en Jefe del 21º Grupo de Ejércitos. Esto incluye a todas las naves en estas áreas. Estas fuerzas bajarán las armas y se rendirán incondicionalmente”.

Con estas palabras se iniciaba el documento de la rendición incondicional de la Alemania Nazi, firmado por el General Alfred Jodl, jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las fuerzas armadas alemanas.

Tras la derrota de los alemanes a las puertas de Stalingrado, durante el crudo invierno ruso de 1943, el Ejército Nazi del este inició la larga y dolorosa retirada. Se había topado con el mismo enemigo que supo detener también el avance de Napoleón Bonaparte en 1812 poniendo fin a su deseo de conquistar toda Europa.

Mientras tanto, en el frente oeste, los aliados desembarcaban en Normandía, Francia, el 6 de junio de 1944, en el Día D, la operación militar más grande de la historia. De esta manera, los aliados (EE.UU, Gran Bretaña, Canadá y Francia) y el Ejército Rojo ponían fin a la expansión nazi en toda Europa que se había iniciado el 1 de setiembre de 1939 con la invasión a Polonia.

En marzo de 1945, 5 años y medio luego de la invasión a Polonia, los aliados, con EE.UU. al frente, marchaban rumbo al corazón de Alemania tras cruzar el río Rin, aunque días después, en abril, las tropas de Stalin entraban a Berlín, provocando el suicidio de Adolf Hitler (30 de abril) y la rendición de las tropas que aun quedaban en la ciudad.

Tras la ocupación de la capital alemana por parte de las fuerzas aliadas y soviéticas, Hitler decide poner fin a su vida el 30 de abril de 1945, cuando el Ejército Rojo se acercaba a su búnker. Para entonces, únicamente se aguardaba la rendición incondicional del resto del Ejército Alemán diseminado por Europa.

El almirante Karl Dönitz, a quien Hitler había nombrado su sucesor antes de morir, intentó sin éxito negociar una rendición condicionada y parcial, por lo que finalmente no tuvo más opción y autorizó la rendición incondicional de Alemania el 7 de mayo de 1945. La firma de la rendición se realizó el 8 de mayo de 1945 ante los aliados en la ciudad de Reims, al noreste de Francia y en Berlín, ante los soviéticos.

La diferencia horaria entre Berlín y Moscú, hizo que, curiosamente, el Día de la Victoria fuese diferente para los Aliados y los soviéticos, quienes lo celebran el 9 de mayo. La guerra continuó por unos meses más en el Pacífico entre los aliados y el Imperio de Japón, hasta el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki por parte de los norteamericanos en agosto de 1945.

Finalizaba así la contienda bélica más sangrienta de la historia de la humanidad, cuyo balance final de víctimas fatales aún no ha podido ser precisado con exactitud, pero las estimaciones rondan los 60 millones de muertos de más de 50 países, entre civiles y militares, siendo la Unión Soviética, con más de 25 millones, la más afectada aunque otros historiadores señalan que dicha cifra pudo haber llegado a los 80 millones de muertos si se tienen en cuenta la cantidad de civiles muertos en otras circunstancias relacionadas a la guerra.

El conflicto mundial modificó el mapa político de Europa y polarizó al mundo entre el bloque comunista liderado por la Unión Soviética y el bloque occidental, liderado por los Estados Unidos, dando paso a la llamada Guerra Fría, cuando incluso el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear en la década de los '60.

Categorías: Política, Internacional.