Es natural la posición de la oposición, afirmó el vice presidente de Brasil Michel Temer sobre el escándalo de corrupción que afecta al gobierno de Dilma Rousseff, aunque enfatizó que es impensable la destitución de la mandataria.
Durante el Foro Líderes, organizado por la agencia española EFE y la consultora KPMG, el vicepresidente brasileño, Michel Temer, reconoció que el caso de corrupción en Petrobras es un asunto extremadamente preocupante para Brasil, pero señaló que la petrolera estatal está actuando con una transparencia absoluta y consideró que se puede ir recuperando la imagen de la compañía en Brasil y en el mundo.
Las acciones de Petrobras abrieron el jueves con una caída de 6,8%, luego de haber publicado en la noche previa una pérdida de más de 2.000 millones de dólares por un monumental desvío de fondos a lo cual deben sumarse reservas perdidas y la depreciación de la empresa que podría totalizar 17.000 millones de dólares.
Los títulos de la mayor empresa brasileña se intercambiaban el jueves en torno a los 12,22 Reales en la bolsa local, en una jornada donde los mercados globales operaban con debilidad.
Temer aseguró, por otro lado, que no hay condiciones políticas para la destitución de la mandataria Dilma Rousseff, tal como exigen determinados sectores de la oposición y de la sociedad, ya que no se dan ninguna de las situaciones previstas por la Constitución en este sentido.
El vicepresidente de Brasil recordó que, según la Constitución, si el procedimiento de destitución afecta a la presidencia y a la vicepresidencia en los dos primeros años de mandato, habría elecciones anticipadas. Los comicios presidenciales tuvieron lugar en octubre y Rousseff fue reelegida en segunda vuelta con el 51,64% de los votos, frente al 48,36% del socialdemócrata Aécio Neves, quien ahora encabeza la oposición.
Es natural la posición de la oposición, afirmó, pero consideró que la salida de Rousseff es impensable porque generaría una posición institucional y una inestabilidad que serían perjudiciales para Brasil, aunque reconoció la preocupación que sienten muchos brasileños.
Cientos de miles de personas han salido a las calles para pedir la destitución o la renuncia de Rousseff, en el marco del escándalo de corrupción que afecta a la petrolera Petrobras, de la que ella fue durante un tiempo presidente de su consejo de administración como ministra de Presidencia en el gobierno de su padrino político, Lula Da Silva.