Al menos 27 millones de jóvenes de entre 15 a 24 años trabajan de manera informal en América Latina y el Caribe, lo que supone un 55% del total de jóvenes ocupados en la región, según el informe “Formalizando la informalidad juvenil”, que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó en Lima.
La directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco alertó que 6 de cada 10 puestos de trabajo para jóvenes se encuentran en la informalidad, y eso constituye “una preocupación mayor al desempleo juvenil porque afecta directamente a la calidad y a las condiciones del trabajo”.
Tinoco presentó en un encuentro con periodistas las principales conclusiones del estudio junto a la directora de la oficina de la OIT para los países andinos, Carmen Moreno, y el especialista regional de la OIT en empleo juvenil, Guillermo Dema.
Entre los países con las mayores tasas de empleo juvenil informal se encuentran Perú, Paraguay, Guatemala, El Salvador y Honduras, cuyas cifras están entre el 70 y 80% de los jóvenes que trabajan en esos países.
Las tasas más bajas están en Costa Rica y Uruguay, donde la informalidad del empleo juvenil se sitúa en el 30 y el 33%, respectivamente.
El informe también destaca que el 91,8% de los trabajadores domésticos de entre 15 y 24 años se encuentran en condiciones de informalidad, mientras que el 86,4% de los jóvenes que trabajan de manera independiente también ejerce su profesión de manera irregular.
El estudio señala además que el sector de las microempresas de entre uno y diez trabajadores presenta una tasa de informalidad juvenil del 72,1%, pero esta cifra cae al 22,6% cuando la empresa supera la decena de empleados.
El estudio de la OIT considera trabajo informal si el empleado no cuenta con un contrato de trabajo de acuerdo con la legislación, ni tampoco está registrado a seguridad social ni en un sistema de pensiones, entre otros beneficios sociales, según explicaron los representantes del organismo internacional.