Estados Unidos y la Unión Europea (UE) abrieron este lunes en Nueva York una nueva ronda de negociaciones para lograr un acuerdo de libre comercio, una cita que llega tras las protestas contra el pacto vividas este fin de semana en toda Europa.
La ronda, la novena desde que se inició el proceso, se prolongará hasta el próximo viernes, cuando las dos partes tienen previsto informar de los progresos alcanzados.
En esta ocasión, los negociadores celebrarán además un foro el próximo jueves con empresarios y otras partes interesadas, que podrán presentar sus opiniones y escuchar las últimas novedades de los funcionarios de las dos partes.
En las conversaciones de Nueva York se abordarán todos los aspectos del acuerdo excepto los relativos a servicios y a las cuestiones medioambientales, que solo serán tratados más adelante, adelantaron la pasada semana fuentes europeas.
También se seguirá trabajando en nueve sectores -entre ellos el del automóvil, el farmacéutico o el textil- para intentar identificar hasta dónde se puede llegar sin comprometer el nivel de protección en Europa o en Estados Unidos.
En el caso concreto de los productos farmacéuticos, por ejemplo, el objetivo es ver cómo se pueden evitar los gastos que implica el realizar dobles inspecciones, en la UE y en EE.UU., cuando las evaluaciones que llevan a cabo ambas partes son tan similares.
La UE y EE.UU. dedicarán también parte de sus reuniones a analizar hasta qué punto se incluirán en el futuro Acuerdo Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones (TTIP) disposiciones sobre energía y materias primas, un aspecto en el que Europa es la principal interesada, pero que no convence tanto a Washington, según fuentes europeas.
Las negociaciones llegan después de las manifestaciones en contra del pacto celebradas el pasado sábado en varios países de Europa, que reunieron a miles de personas en ciudades como Madrid, Barcelona, Bruselas, Berlín y Viena.
Ante esas quejas, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, publicó el viernes una entrada en su blog oficial en la que expone algunos argumentos en favor del TTIP, como la necesidad de que, ante el avance de China, India y otras economías emergentes, la UE y EE.UU. trabajen juntos para moldear la globalización, porque de lo contrario otros lo harán.
Malmström recalcó, por otro lado, que el TTIP no afectará la manera en la que los gobiernos prestan sus servicios públicos, como la salud o la educación, sino que permitirá prestarlos con menos costes.
La comisaria presentó este lunes en Bruselas un informe según el cual el futuro acuerdo beneficiará a las pymes comunitarias y recalcó que los obstáculos que encuentran éstas cuando exportan al otro lado del Atlántico pueden ser aliviados en las negociaciones.
Según el documento, unas 150.000 pequeñas y medianas empresas exportaron a Estados Unidos en 2012, lo que supone el 28% de todas las exportaciones comunitarias hacia ese país y representa casi 80.000 millones de Euros al año.