El presidente de los Estados Unidos y su par venezolano tuvieron un diálogo informal de diez minutos en un pasillo del centro de Convenciones. Entre ambos hubo mucho respeto, verdades y cordialidad.
Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Venezuela, Nicolás Maduro, mantuvieron hoy un diálogo informal en el marco de la VII Cumbre de las Américas, según informaron fuentes diplomáticas. Los líderes coincidieron casualmente en un pasillo del centro de Convenciones donde se celebra la cita continental Panamá y entablaron una conversación a través de sus intérpretes, de unos diez minutos de duración.
El contenido de la conversación, que se produjo poco después que Obama se reuniera con el presidente de Cuba, Raúl Castro, no ha transcendido. Sin embargo, Maduro había manifestado su intención de expresarle al mandatario estadounidense su descontento por las sanciones impuestas contra siete funcionarios venezolanos y por la declaración de amenaza a la seguridad de los EEUU que pesa sobre el país caribeño.
Los presidentes Nicolás Maduro y Barak Obama se saludaron en castellano. Entre ambos hubo mucho respeto, verdades y cordialidad, dijo Teresa Maniglia, una asesora de Maduro. Obama no mencionó el encuentro en declaraciones que ofreció al término de la cumbre.
El encuentro se produjo en un momento de plena tensión entre ambos gobiernos, luego de que la administración Obama congelara los activos en Estados Unidos de los siete funcionarios, acusados de abuso de derechos humanos durante las protestas contra el gobierno del año pasado. Maduro, y gran parte de Latinoamérica, se pronunció en contra de la sanción que decretó Estados Unidos.
Sin mencionar a Venezuela por su nombre, Obama defendió su derecho de criticar las políticas de los países de sus homólogos con las que no está de acuerdo.
Cuando hablamos de algo como los derechos humanos, no es porque pensemos que somos perfectos, es porque pensamos que es correcto el ideal de no encarcelar a personas con quiénes no se está de acuerdo, dijo a los líderes de la región en la plenaria de la Cumbre.
Por su parte, en su presentación, Maduro confirmó que tiene más de 11 millones de firmas rechazando el decreto que le presentará a Obama por la vía diplomática y dijo que es en nombre de los 30 millones de venezolanos que piden que se derogue el decreto. Así lo piden por unanimidad la Unasur, la Celac. Es un decreto irracional, desproporcionado, yo no me creo este cuento, subrayó.
No somos antiestadounidenses, somos antiimperialistas, dijo y añadió dirigiéndose al resto de los líderes de la región: Ninguno de ustedes permitirían un decreto así. La lucha contra la corrupción es de Venezuela; los problemas que tienen los venezolanos lo resuelven los venezolanos, insistió.
Lo respeto pero no le tengo confianza, Obama, disparó. Yo me encabrono cuando hablan de Venezuela, porque yo no opino de ningún país, siguió, al tiempo que advirtió a Obama que el decreto, el desprecio y la prepotencia y la arrogancia pasarán a la historia como su legado para con Venezuela.