El Reino Unido y Argentina entrecruzaron acusaciones y pedidos de explicaciones a sus respectivos embajadores en una escalada a propósito de las Falklands/Malvinas en una coincidencia de fechas, ansiedades políticas junto al dinámico desarrollo de la economía de las Islas y de su industria petrolera que avanza a pesar de los avatares y vallas que pretende imponerle el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
Primero fue la locuaz embajadora en Londres, Alicia Castro quien fue citada el miércoles al Foreign Office donde se le pidieron explicaciones sobre las palabras de la presidenta Cristina Fernández cuando el acto del 33 aniversario del inicio de la guerra de Malvinas, con la invasión de tropas argentinas en las Islas (2 de abril 1982), pronunciadas en Ushuaia y que Londres considera inaceptables.
”Seguir defendiendo nuestros derechos como lo hace nuestra Cancillería que acaba de denunciar a las compañías petroleras que ilegalmente están explorando la plataforma argentina y que ellos dicen que es de (Falklands) Malvinas. Hoy (2 de abril) casi provocadoramente dicen que han descubierto petróleo. En una actitud más de provocación, pero nosotros no nos vamos a dejar arrastrar por ninguna provocación porque tenemos chapa, tenemos historia, tenemos política de convivencia y de diálogo, porque vamos a seguir reclamando en todos los foros internacionales”, afirmó la presidenta argentina en Ushuaia.
En efecto, la presidenta se despachó con furia pues en ese día, tres petroleras (Premier Oil, Rockhopper Exploration y Falkland Oil & Gas Lts.) operando en aguas al norte de las Falklands anunciaban que había descubierto promisorias reservas de crudo y gas en Zebedee, el primero de los seis pozos que están programados para esta ronda de perforaciones. En tanto esta semana la plataforma semi sumergible ya ha comenzado a perforar el segundo pozo en Isobel Deep, a unos 40 kilómetros del primer éxito.
La presidenta también acusó al Reino Unido de militarizar el Atlántico Sur por el anuncio a fin de marzo que Londres pensaba actualizar las defensas de las Falklands ya que Argentina permanecía como una amenaza viva. Asimismo anunció el inicio de acciones penales contra las petroleras operando en la plataforma continental argentina, ante la justicia argentina y Naciones Unidas.
En el encuentro de un Sub secretario del Foreign Office con la embajadora Castro se le recordó que el Reino Unido no tiene dudas respecto a su soberanía sobre las Falklands y sus zonas marítimas circundantes, como tampoco las tiene respecto al derecho de los Isleños a decidir sobre su futuro y desarrollar su economía.
El jueves empero fue el turno del embajador británico en Buenos Aires, John Freeman citado al ministerio de relaciones exteriores por el vicecanciller Eduardo Zuain para exigirle explicaciones ante el silencio del Gobierno británico frente a revelaciones de Edward Snowden, a través del medio 'The Intercept', sobre acciones de espionaje electrónico masivo dirigidas contra la Argentina y que fueran divulgadas en un trabajo periodístico realizado por el canal TN y el diario Clarín.
De acuerdo al comunicado oficial, Zuain hizo presente al representante británico que acciones de ese tipo violan el derecho a la privacidad conforme establecido en las resoluciones 68/167 y 69/166 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Ambas resoluciones ponen de relieve que “la vigilancia y la interceptación ilícitas o arbitrarias de las comunicaciones, así como la recopilación ilícita o arbitraria de datos personales, al constituir actos de intrusión grave, violan los derechos a la privacidad y a la libertad de expresión y pueden ser contrarios a los preceptos de una sociedad democrática”.
El vicecanciller también anticipó que ese mismo jueves Argentina iba a presentar una denuncia penal contra las empresas que llevan adelante actividades de exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina en violación de la Ley N° 26.915 y las resoluciones de las Naciones Unidas sobre la Cuestión de las Islas Malvinas, en particular la 31/49 que insta a ambas partes en la disputa de soberanía a no introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras se encuentre pendiente la solución de la controversia.
Zuain aprovechó para expresar el malestar argentino por las declaraciones efectuadas el 24 de marzo de 2015 por el Secretario de Defensa del Reino Unido, Michael Fallon, ante el Parlamento cuando anunciara el incremento del gasto militar en las Islas Malvinas y la introducción de nuevo equipamiento bélico, alegando una supuesta e inverosímil “amenaza” argentina.
Finalmente Zuain insistió que ante el armamentismo británico, Argentina sostiene que sólo el diálogo y la negociación deben primar para poner fin a la situación colonial anacrónica que lleva más de 182 años, mediante la aplicación de la resolución 2065 (XX), y siguientes, de las Naciones Unidas, a la vez que rechazó los argumentos esgrimidos por el Subsecretario Fraser del Foreign Office ante la embajadora Castro, respecto de las declaraciones oficiales de Argentina referidas a la creciente militarización de las Malvinas y la exploración ilegal de hidrocarburos.
En verdad el intercambio merece algunas consideraciones respecto a cierta ansiedad política reinante de parte de ambos bandos. Por un lado el partido conservador en coalición, en el poder en Londres precisa recuperar los votos que le ha chupado el novel partido independiente, ultra nacionalista, en un escenario por demás fragmentado y que no augura un ganador claro o con mayoría suficiente, a menos de un mes en mayo.
Por otro Cristina Fernández, en los últimos nueve meses de su gobierno debe afianzar su posición política para de alguna forma sino ungir a su sucesor, asegurar el suficiente respaldo legislativo en un nuevo gobierno que le garantice cierta neutralidad ante el cúmulo de denuncias y acciones judiciales que le pueden estar aguardando en el 2016, sin contar todos aquellos enemigos que ha sabido cosechar con su arrogancia y despliegue de ironía en todos estos años.
Y ha sido justamente ese estilo y agresividad hacia los 'okupas' de 'nuestras Malvinas' que han terminado por convencer a los Falkland Islanders de su agradecimiento infinito y compromiso total con Londres como Territorio de Ultramar, a la vez que desde el referendo de 2013, gane quien gane, en mayo, las conversaciones a propósito del futuro de las Falklands/Malvinas tendrán que ser tripartitas, es decir Foreign Office, Buenos Aires y representantes de las Falklands. Y ello con el sustento de una industria petrolera, aún despuntando y que no será rentable en la actualidad, pero que de aquí a una década podría hasta plantear otro escenario de mayores ambiciones autonómicas para las Falklands/Malvinas.