Argentina no resolvería una disputa legal sobre el pago de su deuda reestructurada sino hasta después de las elecciones presidenciales que realizará en octubre, apuntó la calificadora en un comunicado.
La agencia se refirió así a los efectos del durísimo conflicto judicial de Argentina con los fondos especulativos NML Capital y Aurelius Capital Magnament por bonos que no ingresaron a los canjes de 2005 y 2010.
Los llamados “fondos buitre” fueron a la justicia y consiguieron que el juez neoyorquino Thomas Griesa los favoreciera con un fallo que obliga al país a Argentina a pagar de contado 1.330 millones de dólares más intereses, lo que fue ratificado por la Corte Suprema estadounidense.
Además, Griesa impidió que la Argentina hiciera el pago de intereses de los bonos que se reestructuraron tras el mega default de 2002 hasta que llegue a un acuerdo con el grupo de inversores estadounidenses que rechazaron el canje de deuda, los denominados fondos buitre.
Para S&P y otras calificadoras de riesgo extranjeras, Argentina volvió a caer en cesación de pagos parcial a fines de julio del año pasado, cuando por orden judicial no pudo realizar el pago de un vencimiento en tiempo y forma, a pesar de poner el dinero a disposición.
La calificadora indicó ahora que iba a mantener su calificación para emisiones en moneda local de CCC+, con un panorama negativo, y una calificación soberana en moneda extranjera de Default Selectivo para Argentina, según publicaron medios de prensa internacionales con sede en Nueva York.
La agencia sostuvo que no espera que esta última calificación sea modificada hasta que el país cure el default general, es decir, le pague a los fondos especulativos lo que reclaman o negocie con ellos una salida al conflicto.
”Si (Argentina soluciona el tema del default) y cuando eso ocurra, vamos a volver a evaluar la situación crediticia general, y es más probable que subamos la calificación para las emisiones en moneda extranjera a las categorías CCC o en el rango bajo de B, señaló S&P.
También subrayó que su panorama negativo sobre las emisiones en moneda local refleja una economía debilitada y que la calificación podría ser reducida aún más si las condiciones empeoran, pero aclaró que no espera ningún cambio antes de las elecciones de octubre, cuando se elegirá nuevo Gobierno.
Si la economía y las cuentas fiscales del Gobierno empeoran más allá de nuestros pronósticos, podríamos rebajar la calificación en moneda local”, dijo S&P.