El índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó en febrero su nivel más bajo en 55 meses, cayendo un 1,0 por ciento con respecto a enero y el 14 por ciento en relación a su nivel del año anterior. El descenso de los precios de cereales, carne y especialmente el azúcar, compensaron con creces el incremento en los precios de la leche y del aceite de palma.
El índice de precios de los alimentos de la FAO tuvo un promedio de 179,4 puntos en febrero, frente a los 181,2 puntos de enero y los 208,6 puntos de febrero de 2014.
Este continuo declive –hasta su nivel más bajo desde julio de 2010- refleja la abundancia de suministros, así como la actual debilidad de muchas monedas frente al dólar EEUU, que parece va a continuar, según Michael Griffin, experto de la FAO en el mercado de productos lácteos y ganaderos: el primer aspecto a destacar son las perspectivas favorables para la producción de diversos cultivos en 2015. Añadió que las existencias también son muy abundantes para la mayoría de los cereales.
El índice de precios de los alimentos de la FAO es un índice ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento de los precios de los cinco principales grupos de alimentos básicos en los mercados internacionales: cereales, carne, productos lácteos, aceites vegetales y azúcar.
El índice de precios de los cereales de la FAO promedió 171,7 puntos en febrero, un 3,2 por ciento menos que en enero, con perspectivas de una abundante producción de trigo que explican la mayor parte del descenso. Los precios del arroz fueron más estables, con un destacado aumento de la cotización del arroz aromático, compensando gran parte de las disminuciones observadas en las otras variedades de arroz.
El índice de precios del azúcar promedió 207,1 puntos en febrero, un 4,9 por ciento menos respecto a enero, la variación más pronunciado de cualquier producto básico. La caída reflejó el optimismo sobre las perspectivas de producción en Brasil después de las recientes lluvias, así como el anuncio de la India de que ofrecerá subsidios a las exportaciones para impulsar las ventas de azúcar en el extranjero.
El índice de precios de la carne promedió 187,4 puntos en febrero, un 1,4 por ciento por debajo de su valor de enero revisado. Se redujeron los precios de la carne de vaca y cordero, en gran parte debido a la fortaleza del dólar EEUU frente al real brasileño y el dólar australiano. Los precios de la carne de porcino aumentaron por primera vez en ocho meses, apoyados por la decisión de la Unión Europea para dar ayudas al almacenamiento privado en el sector.
El índice de la FAO para los precios de los productos lácteos subió por primera vez en un año, con un promedio de 181,8 puntos en febrero, lo que representa un incremento del 4,6 por ciento respecto al mes anterior. El aumento estuvo impulsado por la leche en polvo y refleja por un lado la desaceleración estacional en la producción europea al llegar a su fin la cuota para la temporada y un suministro reducido de Nueva Zelanda y Australia. Los precios del queso se mantuvieron prácticamente sin cambios.
El índice de precios de los aceites vegetales tuvo un promedio de 156,6 puntos, un 0,4 por ciento más respecto a enero. Ello refleja un aumento considerable de los precios del aceite de palma, resultado de las recientes inundaciones en Malasia y del alza de los subsidios a los biocombustibles nacionales en Indonesia, que se prevé avive la demanda, aunque los precios del aceite de soja siguieron disminuyendo dadas las perspectivas de cosechas récord en América del Sur.
La FAO ha elevado aún más su estimación de la producción mundial de cereales de 2014, que ahora se sitúa en 2 542 millones de toneladas, 20 millones de toneladas (un uno por ciento más) que en 2013. La mayor parte del aumento se debe a incrementos de la producción de trigo en Argentina, Asia Central y Europa.
Con la cosecha de trigo de invierno de 2015 creciendo ya en el hemisferio norte, la FAO pronostica que la producción para este año ascenderá a 720 millones de toneladas, o un uno por ciento por debajo de la producción récord de 2014, contando con rendimientos normales en la Unión Europea y Asia Central después de los elevados niveles de la temporada pasada.
A nivel mundial, se prevé que 1,107 billones de toneladas de cereales se utilicen para el consumo alimentario en 2014/15, lo que resulta en un ligero aumento en el consumo medio per cápita de 153,3 kilogramos. Los cereales destinados a piensos se prevé que crezcan un 4,0 por ciento y suponen 877 millones de toneladas.
El pronóstico de la FAO relativo a las existencias mundiales de cereales al cierre de las campañas agrícolas 2014/15 se ha elevado desde el mes pasado en cerca de 8 millones de toneladas, llegando a su nivel máximo en 15 años con 631 millones de toneladas. Parte de este aumento resulta de la revisión de las estimaciones de los niveles de existencias de años anteriores en China y Ucrania.