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Falklands/Malvinas: Un asunto de proporción

Martes, 17 de febrero de 2015 - 17:23 UTC
Stephen Luxton, muy pragmático sostuvo que: “si encontramos eso triplicará los ingresos al presupuesto.. y si no me quedaré sin empleo y seguiremos como ahora”. Stephen Luxton, muy pragmático sostuvo que: “si encontramos eso triplicará los ingresos al presupuesto.. y si no me quedaré sin empleo y seguiremos como ahora”.
”Esto deja más que las ovejas aunque hay que trabajar más duro” afirma Tim Miller quien ha hecho un éxito de la hidroponía y la agricultura en invernaderos ”Esto deja más que las ovejas aunque hay que trabajar más duro” afirma Tim Miller quien ha hecho un éxito de la hidroponía y la agricultura en invernaderos
Otra organización con mano del estado en sus inicios es el Instituto de Investigación de asuntos medio ambientales del Atlántico sur. Otra organización con mano del estado en sus inicios es el Instituto de Investigación de asuntos medio ambientales del Atlántico sur.

Por Benjamín Fernández Bogado - Enviado Especial a las Falkland Islands - Para una población de 2.700 habitantes más o menos todo resulta proporcional a como se mire. Aquí en Falklands sus habitantes lo ven todo desde la perspectiva de lo que puede suponer encontrar petróleo o gas pero eso dependerá de nuevo de factores internacionales como el precio en el momento de los primeros cinco años de explotación. No saben si eso acontecerá o no.

El encargado del proyecto es un geólogo llamado Stephen Luxton que es muy práctico: “si encontramos eso triplicará los ingresos al presupuesto.. y si no me quedaré sin empleo y seguiremos como ahora”.

Nada resulta de vida o muerte y eso explica por ejemplo que en Puerto Stanley el sepulturero no tenga trabajo y que no exista una casa de sepelios. El concejo municipal consideró por mucho tiempo que el trabajo de peluquería no era necesario, ahora tienen dos. Aquí las cosas se ven siempre desde la proporción.

Hay muchos que quieren una nueva vida como nos explican dos jóvenes recién retornados de Inglaterra uno de ellos con una novia alemana que todavía no logra entender muy bien la vida de los isleños. Sean Moffatt y Zoran Suvic si entienden que hay un mejor futuro en estas islas donde nada se roba y todo puede ser dejado abierto sin temor al delito. Ellos retornaron para enseñar en escuelas secundarias y están contentos de sus logros. El año pasado cuentan que de una camada de treinta alumnos unos 15 encontraron la posibilidad de viajar al exterior y regresar con grados universitarios. El resto busca y encuentra trabajo con facilidad en las Islas. Aquí no hay manifestaciones ni gente desencantada.

Política a bajo costo

Los políticos la tienen fácil. Un par de ellos que hacen parte de la Asamblea Legislativa Ian Hansen y Roger Edwards no hicieron campaña más que por folletos distribuidos a través del correo donde colocaron sus prioridades. Una vez electos y a lo largo de lo que dura el periodo, unos cuatro años, verán cómo colocar los temas de interés de la comunidad que puede acceder a ellos en cualquier sitio de esta pequeña ciudad que parece un barrio de Asunción aunque el estándar de vida sea 10 veces más alto. Les molesta la visita de algunos argentinos que buscan provocarlos con gritos y por cubrirse con banderas de su país. Cuando les pregunto por qué perdieron la guerra nuestros vecinos, ambos coinciden en que no hubo planificación ni organización. No logran entender como teniendo la posibilidad de aprovisionarse muy cerca, sus soldados adolescentes tuvieran como enemigos primero al frio, luego al hambre pero por sobre todo a la tremenda desorganización del ejército argentino. “Nuestras tropas vinieron de 8 mil kilómetros y nunca tuvieron problemas ni de comida ni de ropas” Eso explica dicen que los soldados no quisieron compartir el buque de retorno con los oficiales a los que querían solo agredir. De nuevo el conflicto del ´82 salta en la conversación.

Mientras los jóvenes intentan demostrarnos que hay que mirar el futuro y construir una nueva realidad hacia adelante, los mayores tienen como elemento focal un pasado no tan lejano, unos 33 años que tampoco es demasiado desde donde todo se explica. Desde el hecho de haber sido conocidos a nivel mundial que en el fondo puede significar más problemas que ventajas. Los dos asambleístas vienen de la zona oeste de las islas. Ahí habitan 132 personas. Ahí están los campos de pastura para ovejas y ganado. Pero cada vez encuentran menos interés en quedarse en esos sitios y han migrado hacia el este donde las posibilidades de empleo son mayores.

Sembrando posibilidades

Un inversionista interesante es Tim Miller quien tiene unos cuantos invernaderos donde cultiva por el método hidropónico lechugas, rabanitos, ají, pimentones, berenjenas y pepinos. Dejó las ovejas y tiene un negocio donde invirtió casi 700 mil dólares y gana casi un dólar por cada tomate que vende. Cada planta produce unas cuarenta y tiene solo en tomate unas 700. Hagan el cálculo para ver el gran negocio que representa su actividad. Tiene a tres jóvenes chilenos a los que los forma por un mes en los métodos de producción de hortalizas. “Esto deja más que las ovejas aunque hay que trabajar más duro” me dice al tiempo que me cuenta que el mercado sigue creciendo y que la calidad de sus productos resulta imbatible. Se queja que los aviones no lleguen más frecuentemente para colocar sus productos fuera de las Islas y para surtirse de otros que reparte en cruceros y supermercados. No hay misterio en esto. Los ingleses son buenos en hacer cálculos de negocios y el gobierno de la isla lo ayudó con un capital semilla para desarrollar su empresa. Hoy vuela solo.

Otra organización con mano del estado en sus inicios es un Instituto de Investigación de asuntos medio ambientales del Atlántico sur. Se dedican a centrar el debate sobre cuestiones que van desde el impacto del negocio del petróleo en el área ecológica hasta apoyar misiones en la Antártida donde los británicos tienen un centro de investigación. Eso queda a mil kilómetros de aquí y la idea de ellos es hacer monitoreo, investigación y consultoría a gobiernos e instituciones que tengan interés en el Atlántico sur. No les preocupa tanto el problema ambiental. Ellos se han sentado con los inversores privados desde el inicio y han fijado una hoja de ruta que deben seguir si desean continuar explorando y produciendo. Son jóvenes de varios países, biólogos y de otras profesiones que están muy contentos de ayudar a mejorar las condiciones de vida de la gente y no temen tener al gobierno de s lado en esa tarea.

En este conjunto de islas que ambiciona encontrar petróleo y explotarlo para aumentar sus ingresos muchas organizaciones públicas y privadas hacen labores diferentes colocando el objetivo de un territorio más sostenible ecológicamente. “Intentamos crear partidos hace unos años y no funcionó" me dice el asambleísta Roger Edwards. Para ellos es mejor así como lo hacen a su manera. Barato, agitando poco las aguas y procurando ganar algo mas en unas islas donde las cosas tienen por lo menos un valor superior al 30% en todos sus productos.

Los costos del flete, la distancia y el conocimiento. Falklands construye un nuevo amanecer con el petróleo como referencia aunque si eso fracasa las cosas no les pueden ir más que bien como hasta ahora. Esa es la gran diferencia en la actitud con otros países.