El mandatario costarricense, Luis Guillermo Solís, suspendió la reunión privada de jefes de Estado este jueves por la insistencia de Nicaragua en que el presidente del partido Independentista puertorriqueño, Rubén Berríos, encabezara la delegación. La situación generó que la cumbre terminara una hora y media antes de lo previsto, según un artículo del diario La Nación de Costa Rica.
La polémica se suscitó porque Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, abandonó el miércoles Costa Rica y designó a Berríos para que lo sustituyera en la cita, lo cual generó la oposición del país anfitrión y otros de los 33 países miembros de la Celac, entre ellos, Ecuador.
Según Solís, la maniobra se rechazó porque se podría generar un antecedente sumamente negativo para el desarrollo de la Celac, porque hubiese permitido que cualquier país, en cualquier momento, nombre como miembro de su delegación a cualquier persona que pudiese generar una situación incómoda en una cumbre.
El presidente de Costa Rica recalcó que no era conveniente que una persona que no forma parte de los países miembros de la Celac participe en la fase más privada de la cumbre, cuando los mandatarios tienen agenda libre para conversar.
La intransigencia de la delegación de Nicaragua fue absoluta, se les explicó que no era procedente, se señaló con todo respeto posibilidades para que él no participara. Pero no cambiaron de posición, entendemos que por instrucciones desde Managua.
El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, coincidió con Solís y aseguró que aceptar esa designación hubiese creado un precedente nefasto. A su criterio, sería lo mismo que aceptar que Estados Unidos incluyera a Inglaterra en su delegación durante la próxima Cumbre de las Américas para que hable de la soberanía sobre las Malvinas.
La polémica en torno a la participación del puertorriqueño Berríos se suscitó el miércoles por la tarde cuando Ortega le cedió la palabra para que se refiriera a favor de la independencia de Puerto Rico de Estados Unidos.
El presidente anfitrión Solís le aclaró a Ortega que ese tema ya se había conversado y alcanzado un acuerdo durante las reuniones de preparación de vicecancilleres y cancilleres, a principios de esta semana.
En esas citas previas se acordó reiterar el lenguaje adoptado hace un año en la cumbre de la Celac de La Habana, Cuba, donde se reconocía el carácter caribeño y latinoamericano de Puerto Rico. Eso sí, reiteraron que el tema de su independencia quedaba en manos del Comité Especial de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).