El gobierno brasileño de Dilma Rousseff dictó un recorte preventivo de gastos equivalente a un tercio del presupuesto de los 39 ministerios de su gabinete, lo que supone un ahorro de 703 millones de dólares por mes.
La medida, dictada por la Presidencia y por el flamante ministro de Planeamiento, Nelson Barbosa, regirá al menos hasta que el Congreso haya aprobado el proyecto de presupuesto para 2015, lo que ocurrirá a partir de febrero, cuando se reanudan las actividades del Poder Legislativo.
Los recortes presupuestarios fueron interpretados por analistas como una muestra de la disposición del gobierno de poner en marcha un proceso de ajuste fiscal para asegurar este año un superávit primario del 1,2% del Producto Bruto Interno (PBI), tras el déficit registrado en 2014.
Según el gobierno, los recortes provisionales anunciados hoy son necesarios en razón de la incertidumbre sobre la evolución de la economía, el escenario fiscal y el calendario del Poder Legislativo, que recién reanudará sus actividades a partir de febrero.
El nuevo comando económico del gobierno de Dilma Rousseff -liderado por Barbosa y por el flamante ministro de Hacienda, Joaquim Levy- planea asegurar este año un superávit primario de 66.300 millones de reales (unos 24.500 millones de dólares) en 2015, de los cuales casi 20.500 millones de dólares tendrán que ser ahorrados por el gobierno federal