Con las ausencias de los mandatarios de Argentina, Brasil, Cuba, Bolivia y Venezuela, la XXIV Cumbre Iberoamericana de Veracruz, México hizo fuertes llamados a relanzar la decaída influencia del foro y centró las discusiones en educación, cultura e innovación, pero sin menciones a la crisis mexicana por los estudiantes desaparecidos.
La cita, que reúne a los mandatarios de América Latina y a los de Portugal, España y Andorra, ha venido perdiendo interés desde su nacimiento en 1991 frente a nuevos organismos regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Después de que en la reunión de Panamá de 2013 apenas acudiera la mitad de los 22 mandatarios, estos decidieron que después de la cumbre mexicana -la primera de Felipe de Borbón como rey de España- el encuentro pase a celebrarse cada dos años.
A la inauguración faltaron la argentina Cristina Fernández, la brasileña Dilma Rousseff, el venezolano Nicolás Maduro, el boliviano Evo Morales, el nicaragüense Daniel Ortega y el cubano Raúl Castro, que no ha asistido a ninguna cumbre iberoamericana desde que asumió la presidencia de su país en 2008.
La Cumbre Iberoamericana debe renovarse porque América Latina ahora quiere una relación con la península ibérica más horizontal, más simétrica, más solidaria y más igual, expresó Rebeca Grynspan, la nueva secretaria general iberoamericana, en la inauguración.
”Lo principal es sumar y no restar, es complementar y no competir (...) No es este un proyecto que quiera sustituir la integración latinoamericana”, enfatizó la secretaria.
Si bien en las dos últimas décadas se ha cuadruplicado el Producto Interno Bruto (PIB) de la región y se ha sacado a unos 60 millones de personas de la pobreza, Grynspan resaltó también que América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo.
Un plan de movilidad universitaria iberoamericano que, según avanzó el presidente mexicano, podría beneficiar a 200.000 jóvenes hacia 2020 es uno de los principales proyectos de la cita, que también estudiará el reconocimiento de títulos universitarios.
No existe ninguna universidad latinoamericana entre las 100 mejores del mundo. Iberoamérica es un generador marginal de conocimiento mundial, lamentó el presidente ecuatoriano Rafael Correa en el primer segmento de discusión sobre educación y cultura.
América Latina uno de cada cuatro niños y jóvenes no tiene aún la posibilidad de acceder a educación escolar, alertó a su vez el mandatario peruano Ollanta Humala.
En la cena de honor, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ofreció un brindis como próximo país anfitrión del foro y expresó esperanzado: Confío en que los recibiremos en un país en paz.