Brasil creció un tímido 0,1% en el tercer trimestre del año frente al segundo y superó la recesión técnica, impulsado principalmente por el aumento de gastos públicos antes de las elecciones presidenciales de octubre.
El gobierno divulgó el “modesto” crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en el tercer trimestre precisamente un día después de que el nuevo ministro de Hacienda, Joaquim Levy, anunciara que se empeñará para ajustar las deficitarias cuentas públicas mediante la reducción de los gastos del Gobierno.
Con el crecimiento en el período entre julio y septiembre, Brasil consiguió superar la recesión técnica en la que se encontraba tras haber acumulado dos trimestres consecutivos de contracción: 0,6% en el segundo trimestre y 0,2% en los tres primeros meses del año.
La reacción del tercer trimestre fue posible gracias a que el llamado consumo del Gobierno aumentó un 1,3% frente al segundo en plena campaña electoral, ya que el consumo de las familias cayó un 0,3%, según los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
La demanda de las familias, que en los últimos años fue el principal motor de la economía brasileña gracias a la reducción de la pobreza y del desempleo, se redujo en los últimos meses afectada por la inflación y por el encarecimiento del crédito.
El consumo de las familias no caía tanto en la comparación con el trimestre inmediatamente anterior desde los últimos tres meses de 2008, cuando Brasil sintió los efectos de la crisis internacional.
En la comparación con el mismo trimestre del año pasado, la demanda de los consumidores tan sólo creció un 0,1%, su peor desempeño para un trimestre en los últimos once años.
“Seguimos con inflación alta; los intereses del trimestre fueron los mayores en un año, y el crédito, que venía creciendo a altas tasas, comenzó a desacelerarse”, afirmó la economista Rebeca Palis, responsable por los estudios sobre cuentas nacionales del IBGE.
El Ministerio de Hacienda, en un comunicado, también atribuyó la caída del consumo de las familias a la escasez del crédito ante las elevadas tasas de intereses con las que el Banco Central intenta combatir la inflación.
La caída del consumo de las familias fue compensada con el aumento de los gastos del Gobierno, que dejaron las cuentas públicas deficitarias en los tres meses del período.
El Gobierno divulgó igualmente que en los primeros diez meses del año acumuló un déficit fiscal nominal récord de 242.200 millones de reales (cerca de 96.880 millones de dólares), muy superior al saldo negativo de 143.800 millones de reales (unos 57.520 millones de dólares) de los diez primeros meses de 2013.
La deficitaria situación de las cuentas públicas fue la principal preocupación manifestada la víspera por Levy, el ministro de Hacienda nombrado por la presidenta Dilma Rousseff para su segundo mandato, en su primer pronunciamiento público.
El economista, un ortodoxo que se caracteriza por su apego a la austeridad, anunció que trabajará con la meta para que Brasil termine 2015 con un superávit fiscal primario equivalente al 1,2% del PIB, que elevará a al menos el 2% del PIB en 2016 y 2017, lo que supone un freno a los gastos públicos.
Pese a salir de la recesión técnica, el crecimiento acumulado en los nueve primeros meses de 2014 se limitó al 0,2%, tras haber sido del 0,5% en el acumulado del primer semestre.
De la misma forma, la expansión económica de Brasil en los últimos doce meses hasta septiembre se redujo al 0,7%, tras haber sido del 1,4% hasta junio.
Esos resultados refuerzan las previsiones negativas de los economistas del mercado, que proyectan para este año una fuerte desaceleración y un crecimiento de sólo el 0,20%.
De confirmarse tal pronóstico, el crecimiento de este año será el menor desde 2009, cuando el país sufrió una contracción del 0,33%, y supondrán una fuerte desaceleración tras la ligera recuperación de 2013.
Luego de haber registrado una expansión de sólo el 1,0% en 2012, la economía se recuperó el año pasado y creció un 2,30%. El Gobierno, sin embargo, considera que la economía tendrá un crecimiento más sólido en el último trimestre y en 2015.
El resultado del tercer trimestre “muestra que la economía entró en proceso de retomada del crecimiento, aunque en un ritmo aún modesto”, admitió el Ministerio de Hacienda en su comunicado.
Según la misma nota, “la economía brasileña presenta fundamentos macroeconómicos sólidos y tiene todas las condiciones para presentar en el cuarto trimestre y en 2015 un crecimiento más intenso.