Alrededor de 3.500 personas, según la policía, manifestaron de forma pacífica el fin de semana en el centro de Sao Paulo contra el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y contra los escándalos de corrupción que afectan a la estatal Petrobras.
La protesta, la segunda de este tipo celebrada en Sao Paulo tras las elecciones, fue convocada a través de las redes sociales, donde alrededor de 149.000 personas habían confirmado su presencia.
Al final de la marcha, que quedó divida en varias ramificaciones, la policía informó que la convocatoria había reunido en total a 3.500 personas, pese a que varios medios locales cifraron la asistencia en 10.000 manifestantes.
El jueves pasado, una protesta “contra la derecha” organizada por el Movimiento de los Trabajadores sin Techo (MTST) y otros grupos de extrema izquierda reunió en el mismo lugar a alrededor de 3.000 manifestantes según la policía (aunque los organizadores hablaban de 22.000 y la prensa local los cifró en 10.000) .
El tono de la marcha de este fin de semana, sin embargo, cambió respecto a la del primero de noviembre, en la que se pedía la destitución de la presidenta Rousseff e incluso se vieron carteles pidiendo “una intervención militar ahora” y “contra el comunismo”.
El candidato derrotado de la oposición, el socialdemócrata Aecio Neves, se desmarcó de esos pedidos y la convocatoria y expresó su “respeto a los resultados de la elección” presidencial de octubre, en la que Rousseff se impuso a Neves por un estrecho margen: 51,64% de los votos frente al 48,3% del opositor.
En Sao Paulo, la ciudad más rica y poblada de Brasil, Aecio Neves obtuvo más del 60% de votos en la segunda vuelta.
“Es la ocasión de protestar contra los recientes escándalos de Petrobras”, afirmó el senador socialdemócrata (PSDB, oposición) y candidato a la vicepresidencia con Neves, Aloysio Nunes, al sitio de información UOL.
Pese a las advertencias de los organizadores, también pudieron verse algunas consignas por la destitución de Rousseff y por la vuelta de las fuerzas armadas al poder. El diputado federal de extrema derecha Jair Bolsonaro, que está a favor del regreso de los militares, participó igualmente de la protesta.
Por su parte, la policía brasileña comenzó a interrogar el sábado a una veintena de personas arrestadas la víspera en la séptima fase de una gran operación anticorrupción que investiga una trama de lavado de dinero y fraudes en el seno del gigante petrolero Petrobras, la empresa más grande del país.