Por Jaime Trobo (*) - El PARLASUR, acrónimo del Parlamento del MERCOSUR, ha resuelto aprobar una declaración relacionada con la situación de las Islas Malvinas, y en particular respecto del conflicto que sobre su soberanía existe entre la República Argentina y Gran Bretaña que lleva mas de 180 años sin satisfacerse con un acuerdo razonable.
Durante esta casi bi centenaria realidad, en el territorio de las Islas se han asentado familias de diverso origen, británicas, chilenas, argentinas, y de otros territorios, inclusive uruguayas, que desafiando unas condiciones naturales adversas y adaptándose a ellas han desarrollado su vida pacífica en comunidad, dedicados a la producción ganadera, a la pesca, a recibir un turismo deseoso de disfrutar las condiciones ambientales de esos territorios. Una pequeña comunidad muchos de cuyos miembros transmiten con orgullo su condición de “kelpers” cuyas familias llegaron hace cinco o mas generaciones y que hoy se consideran tan nativos de allí como los uruguayos cuyos abuelos llegaron a nuestras tierras en el S XIX , nos sentimos nativos de aquí.
El largo conflicto, cuya solución ha estado alejada, ó por el desinterés de resolverlo por cualquiera de las partes, lo que se demuestra en largos períodos en los que parece inmóvil, ó los desgraciados hechos de la guerra del 82 que pretendió resolverlo “manu militari” logrando un efecto totalmente contrario.
Mientras tanto, la población de las Islas, esa comunidad pequeña de tres mil personas que desafía condiciones adversas, incluida la indiferencia de sus vecinos y hasta el acoso a sus condiciones de vida y de relación con el mundo, es dejada de lado en el debate y su opinión no es tenida en cuenta.
La declaración del PARLASUR, precedida de una convocatoria para analizar el tema, en la que no se le prestó la mas mínima atención a la población de las Islas, a pesar que esta a través de su Asamblea Legislativa solicitó formalmente ser escuchada, menciona documentos de Naciones Unidas que refieren expresamente a tener “en cuenta los intereses de la población de las Islas”. Un párrafo de esta declaración expresa:
Que la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la Resolución 2065 (XX) y Resoluciones posteriores –así como las del Comité Especial de Descolonización- califican a la “Cuestión de las Islas Malvinas” como una situación colonial especial y particular que involucra una disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte por las Islas Malvinas, Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, e instan a ambas partes a reanudar las negociaciones para resolverla de forma pacífica y definitiva, teniendo en cuenta los intereses de la población de las Islas.
Debe tenerse en cuenta que en la mencionada resolución 2065 de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 16 de diciembre de 1965, como en otras sendas Resoluciones de Naciones Unidas se expresa sobre este punto “Reafirmando la necesidad de que las partes tengan debidamente en cuenta los intereses de la población de dichas islas de conformidad con lo establecido por la Asamblea General en las resoluciones sobre la cuestión de las Islas Malvinas (Falkland Islands).
En la nota que envió al Presidente del PARLASUR la Asamblea de las Islas se expresa:
Por lo tanto, le estoy escribiendo a usted en su calidad de presidente del parlamento del Mercosur y también como parlamentario que somos, para sugerirle respetuosamente que para que Parlasur defienda sus grandes ideales, debería darle una oportunidad a un representante del gobierno electo de las Islas Falkland para que hable en la sesión del 11 de noviembre. Al hacer esto, demostrarán que son imparciales como institución y que apoyan los derechos humanos y la autodeterminación, valores fundamentales consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y piedra angular de cada parlamento y asamblea democráticos.
El PARLASUR no prestó la más mínima atención a esta nota de fecha 25 de Septiembre de 2014, es mas, en las horas previas a la sesión del 10 de Noviembre reciente no se dio a conocer oficialmente su llegada. Y las versiones indican que la delegación de Argentina, única consultada, se negó rotundamente a que se conociera y se tramitara admitiendo el pedido como civilizada y democráticamente hubiese correspondido.
Con esta actitud se borra con el codo lo que se escribe con la mano, la resolución definitiva del conflicto demorará o no, pero será el hijo de la tolerancia, la inteligencia negociadora y sobre todo del propósito de satisfacer los múltiples intereses en torno al tema. Pero lo que no hay duda, y ya lo han dicho tímidamente las Naciones Unidas deberá ser “teniendo en cuenta los intereses de la población de las Islas”, muchos de cuyos antepasados viven allí desde los años 1850.
El Parlamento del Mercosur, al virtual bloqueo que sufren los habitantes de las Islas con graves dificultades de comunicación con sus vecinos, le agrega un bloqueo mental y político al desestimar un respetuoso pedido para que se conozca su opinión en el conflicto. Algún día va a ocurrir inevitablemente, pero se ha perdido una gran oportunidad.
(*) Jaime Mario Trobo. Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes de Uruguay.