El nuevo presidente de la Junta Directiva de la organización Transparencia Internacional (TI), el abogado peruano José Ugaz, alertó de la “corrupción estructural” que azota América Latina.
En su presentación ante la prensa, Ugaz calificó de “muy difícil” la situación en América Latina, donde se ha pasado de que “algunos individuos, funcionarios públicos”, se quedaran con el dinero a “una nueva estructura de redes delictivas”.
El jurista, cuya intervención fue fundamental en la causa por corrupción contra el ex-presidente peruano Alberto Fujimori y el exjefe de la inteligencia nacional Vladimiro Montesinos, señaló que precisamente el caso del antiguo jefe de Estado peruano es un claro ejemplo de esta realidad.
Alertó, asimismo, de las redes de narcotráfico, cuyas estructuras “pueden crear peores organizaciones que la liderada por Fujimori hace catorce años”.
Indicó que si se observa la situación en Perú, México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Colombia se puede ver que “los carteles y el negocio de la droga realmente están teniendo impacto en la corrupción”, pues su poder y su capacidad de movilizar recursos llega hasta los gobiernos de esos países.
Ugaz, nombrado esta semana presidente de la Junta Directiva de TI, avanzó que uno de los principales objetivos de la nueva dirección es concienciar a la población de que la corrupción no debe quedar impune.
Apuntó que la gente se está acostumbrando a vivir con la corrupción y a “creer que es algo normal”.
Es un tema cultural que es necesario afrontar y tratar de cambiar “porque los ciudadanos están pasando a ser tan tolerantes con la corrupción que parece que la impunidad es la norma”, añadió.
Los ciudadanos deben ver que hay sanciones para las personas que incurren en prácticas corruptas porque lo contrario genera un “efecto espiral” de corrupción.
Este “gran desafío” implica trabajar en prevención y educación con las futuras generaciones y recuperar valores, por lo que los resultados no se verán a corto plazo, consideró.
Explicó que otro de los objetivos de TI en esta nueva etapa es involucrar a un mayor número de personas y atraer a los jóvenes, para lo que la organización intentará hacer su trabajo “lo más atractivo posible”.
“Tenemos que estudiar nuevos esfuerzos en las redes sociales y desarrollar proyectos que generen entusiasmo y puedan canalizar todo el enfado y la indignación que sentimos en la calle”, sobre todo ante los niveles de impunidad, puntualizó.
Según la rusa Elena Panfilova, elegida vicepresidenta de la Junta Directiva, incluso si las necesidades de la gente están cubiertas, hay situaciones en las que la corrupción puede ser realmente peligrosa, por lo que el mensaje de TI en algunos países es “La corrupción mata”.
Entre los desafíos internos, Ugaz se refirió a la necesidad de TI de acercarse más a los capítulos nacionales de la organización, algunos recién creados y otros en proceso de transformación con nuevos proyectos, como los programas de Asistencia Legal Anticorrupción (ALAC).
Ugaz, que fue Procurador Ad-Hoc de Perú en varias causas de corrupción contra la red delictiva de Fujimori, se convirtió en presidente de la ONG peruana Proética en 2002. También funcionario de la unidad anticorrupción del Banco Mundial entre 2004 y 2006, se convirtió en miembro individual de TI en 2008 e integra la Junta Directiva desde 2011.