El crimen este jueves del periodista Pablo Medina por sicarios sacude a Paraguay y ha llevado al Presidente Horacio Cartes a tomar cartas en el asunto. Medina, 54, era corresponsal del principal diario del país, ABC Color de Asunción.
Dos sicarios emboscaron a Medina en Villa Ygatimi y se aseguraron de que muriera: le acertaron cuatro disparos de arma corta y uno de escopeta, en el rostro. Medina nació en Yaguarón pero residía en la conflictiva zona de Curuguaty, desgraciadamente conocida por la masacre de 17 personas en 2012 y que llevara a la remoción de su cargo del entonces presidente Fernando Lugo.
Como corresponsal de ABC Color trabajó 16 años, afrontando temas urticantes, especialmente vinculados a la corrupción. Sus compañeros han estimado que han sido los narcotraficantes quienes encargaron su muerte.
Las primeras investigaciones de la policía llevaron al allanamiento de cinco domicilios, donde fueron capturados cuatro sospechosos, quienes cuentan con antecedentes por narcotráfico y por homicidio, están en averiguaciones.
Mientras los fiscales analizan las pruebas, interrogan posibles testigos y documentan todo lo incautado (camionetas, armas, teléfonos celulares), en el país crece la impotencia ante lo que se considera un triunfo más del narcotráfico. Curuguaty es una de las zonas más efervescentes de todo Paraguay pero pese a ello no cuenta con una atención especial del gobierno. A tal punto que la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) admite la carencia de personal capacitado en la zona para combatir el narcotráfico y su millonaria estructura.
El director de la Senad, Luis Rojas, reconoció las carencias. ”Para toda la zona caliente de Curuguaty (la Senad) tiene sólo ocho agentes, dijo en la radio 780 AM. Esos ocho agentes deben trabajar contra algo más de 30 organizaciones criminales, con cientos de integrantes, que trafican cocaína y marihuana en grandes cantidades. Sobre toda esa estructura mafiosa escribía y documentaba gráficamente Pablo Medina, antes de ser asesinado por encargo.
El narcotráfico protege sus negocios sembrando violencia y terror. Al narcotráfico no se le ataca con la incautación de drogas, el combate pasa por los bienes económicos de los narcos. La muerte de Pablo Medina tiene el sello del narcotráfico, y con esto están desafiando de forma grosera al Estado”, añadió Rojas al explayarse sobre el crimen de Medina y sus derivaciones. En forma paralela al crimen del cronista se produjo el asesinato de Antonia Almada Chamorro (de apenas 19 años) que lo acompañaba en la ocasión, mientras otra mujer fue herida pero salvó su vida.
El canciller paraguayo Eladio Loizaga habló de atentado contra la prensa y el país en su conjunto. No podemos más que reiterar el compromiso de ejercer todo lo que la ley pone en manos del Gobierno para lograr la captura no solo de los autores materiales, sino también de los morales. Ante la comunidad internacional ratificamos que el Gobierno no cesará hasta llegar a las últimas consecuencias.
En la misma línea opinó el Presidente Horacio Cartes. Yo siento que hoy nos han asesinado a todos. Esta chica Antonia también y a cualquiera le puede suceder. Hoy tenemos que sentirnos todos asesinados y, entre todos, poner la determinación y no podemos permitir esto; o son ellos o somos nosotros, dijo desde la Municipalidad de Itacurubí de la Cordillera. Descartó la remoción del Ministro del Interior por este caso, y dejó en claro que la investigación será a fondo. No habrá político ni color ni partido político, concluyó.
Medina se caracterizaba por abordar investigaciones vinculadas al narcotráfico, y por ello contó con custodia policial por años. Sin embargo, a fines de 2013 la misma le fue retirada por parte de la organización policial aduciendo reorganización.