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Relanzan en el cine “La Batalla de las Falklands” en el año de su centenario

Viernes, 17 de octubre de 2014 - 09:59 UTC
En aguas de las Falklands, el 8 de diciembre de 1914, los británicos con una flota superior consiguieron la victoria y el honor perdidos en Coronel En aguas de las Falklands, el 8 de diciembre de 1914, los británicos con una flota superior consiguieron la victoria y el honor perdidos en Coronel
La flota del Káiser era comandada por almirante Maximilian von Spee, quien daría nombre a un barco que acabaría hundiéndose en Montevideo en 1939 La flota del Káiser era comandada por almirante Maximilian von Spee, quien daría nombre a un barco que acabaría hundiéndose en Montevideo en 1939

Casi siete décadas antes de la guerra del Atlántico sur entre el Reino Unido y Argentina (1982), hubo otra gran batalla en las Falkland Islands, protagonizada por alemanes y británicos, y dio pie a una joya del cine mudo que vuelve a ver la luz.

“Las batallas de Coronel y las Islas Malvinas” (The Battles of Coronel and the Falkland Islands), del director británico Walter Summers, fue rodada en 1927 y ha sido sometida a una profunda restauración por el British Film Institute (BFI).

La versión renovada de la película podrá verse a partir de esta semana en el Queen Elizabeth Hall de Londres, en el año en que se conmemora el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, en general, y de las batallas que narra la película, en particular.

La batalla de Coronel se produjo frente a la bahía chilena del mismo nombre, el primero de noviembre de 1914, y supuso la primera derrota naval británica en más de un siglo.

La flota imperial alemana estaba comandada por el almirante Maximilian von Spee (que daría nombre a un barco que acabaría hundiéndose en Montevideo en la Segunda Guerra Mundial, en la batalla del río de la Plata en diciembre de 1939) y la británica por el almirante Sir Christopher Craddock, que murió en el combate.

Los británicos perdieron dos barcos en la contienda pero se acabaron cobrando su venganza en el segundo asalto.

Fue en las Falkland Islands, el 8 de diciembre de 1914. Los británicos acudieron con una flota superior buscando una victoria que restaurara el honor y la lograron.

El almirante Von Spee y dos de sus hijos murieron en el combate, tres de los más de 3.000 muertos con que se saldaron las batallas entre ambos bandos. La flota alemana se fue a pique y sólo salvó el Dresden, ubicado frente a la costa chilena tres meses después. Su capitán se rindió pero la tripulación también echó el crucero liviano a pique.

El director británico Walter Summers, que había servido en la Primera Guerra Mundial y un año antes había rodado una película sobre el almirante británico Horacio Nelson, consiguió el permiso del Almirantazgo para rodar su película en buques de guerra.

No hay una sola escena de su película rodada con maquetas, algo inusual para la época, según explicó la responsable de cine mudo del British Film Institute, Byrony Dixon.

“Es una película de escala muy ambiciosa, sobre todo para una película británica de aquel periodo. Se rodó por completo en aquellos grandes barcos, en el mar, es muy inusual”, explicó Dixon.

“Hubo esfuerzos anteriores para rodar reconstrucciones de batallas navales de la Primera Guerra Mundial pero se basaban en escenas con maquetas, diagramas y todo eso. Es una película de un conjunto muy elegante”, añadió, precisando que su montaje recuerda al de uno de los reyes de las superproducciones de la época, el francés Abel Gance, director de “Napoleón” (1927).

Las escenas correspondientes a la batalla de las Falklands se rodaron frente a las islas Scilly, en Cornualles, en el sudoeste de Inglaterra.

La película tuvo mucho éxito en su época -llegó a rodarse una versión sonora unos años más tarde- pero Summers es hoy un desconocido incluso entre los cinéfilos, aunque todavía llegó a rodar alguna película más de éxito, como The Dark Eyes of London, con Bela Lugosi.

Hace más de 40 años que la película no se proyectaba en un cine. La restauración duró dos años y estuvo llena de dificultades, explicó Dixon.

“Trabajamos sobre una copia de los negativos que se hizo en los años 1970 y muchos de los daños estaban incorporados a esa copia, así que tuvimos que hacer mucho trabajo digital”.

“El mayor problema fue limpiar el moho, pasa mucho con la emulsión de la película, se le adhiere moho y es muy difícil de limpiar, tiene que limpiarse a mano y requiere a mucha gente en el laboratorio, es un proceso largo y caro”, añadió.