Acnur hizo un llamado a los países latinoamericanos a adoptar programas de reasentamiento de familias sirias desplazadas por los conflictos internos y la guerra, como el implementado por Uruguay que esta semana recibió los primeros 42 refugiados de Siria.
Este es un episodio muy alentador ante una situación mundial caótica, que provoca desplazamiento y muerte en todo el mundo, dijo José Samaniego, representante regional adjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en una conferencia de prensa en Montevideo junto a representantes del gobierno uruguayo y de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
Uno de cada ocho sirios ha tenido que desplazarse del acoso, el terror y el trauma. Es toda una generación entera que está esperando, dependiendo del apoyo de la comunidad internacional, aseguró, destacando que si bien los países vecinos Líbano, Jordania y Turquía han demostrado una inmensa hospitalidad enfrentan grandes dificultades para atender a todos los refugiados que han recibido.
En ese contexto, es importante que se reactive la solidaridad mundial y en particular de América Latina para continuar con nuestra larguísima tradición de asilo, sostuvo.
El ofrecimiento de Uruguay con un asentamiento pre determinado es una nueva experiencia pues otros países como Brasil, Argentina, Colombia o Chile con importantes comunidades del Medio Oriente han recibido a miles de desplazados, aunque la iniciativa en verdad corre por cuenta de familiares u organizaciones de origen árabe en los distintos países sudamericanos.
Esperamos que otros países se sumen a esta iniciativa de Uruguay a través de la organización de programas de reasentamiento. Hasta la fecha lo que hemos tenido son programas de visas humanitarias, fundamentalmente en el caso de Brasil, indicó Samaniego al referirse al primer plan de este tipo en la región.
Según la organización, ocho países de la región han recibido, en forma individual, a unas 3.000 personas. Pero ésta es la primera operación organizada de reasentamiento de población refugiada siria, observó.
Samaniego confió en que en una cumbre de Estados en Brasilia el 2 y 3 de diciembre para elaborar un plan de solidaridad y de protección de personas que requieren protección internacional se logre una hoja de ruta que debe permitir ampliar el espacio de protección en América latina y en el Caribe.
En la misma línea, Alba Goycoechea, encargada de misión de la OIM en Uruguay, confió en que el programa uruguayo sea un ejemplo para el resto de los países de la región y del mundo.
Según Acnur, hay 3 millones de refugiados sirios, además de 6,5 millones de personas desplazadas internamente.
Las cinco familias sirias con cuarenta y dos miembros, principalmente niños y adolescentes (y dos más en viaje pues hay dos madres embarazadas) llegaron desde Líbano y fueron recibidos por el presidente José Mujica quien enfatizó en la necesidad de una demostración universal de 'solidaridad'.
No podemos impedir las guerras, pero podemos demostrar solidaridad sostuvo Mujica.
Los refugiados, todos musulmanes suniitas, pasarán dos meses en un complejo de la iglesia católica a 18 kilómetros de Montevideo donde durante dos meses aprenderán español previo a integrarse a la sociedad.
Van a poder expresar su religión pero no vamos a construir una mezquita, dijo en conferencia de prensa el director de Derechos Humanos, Javier Miranda, quien instrumentó el traslado y comandará el plan de reasentamiento de dos años, que tendrá un costo de dos millones de dólares.
El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, informó que planteará al resto de los países de América Latina que reciban a refugiados ante situaciones de crisis humanitarias o conflictos armados internos y externos. La propuesta será presentada durante una conferencia regional en materia de migraciones que se realizará en Uruguay entre el 2 y el 3 de diciembre.
Esperamos que este remanso de paz y tranquilidad que es América Latina pueda servir como una referencia importante en materia de refugiados para aquellos que viven situaciones humanitarias de extrema urgencia, comentó el canciller Almagro.
Un segundo contingente con otras siete familias, integradas por un total de 72 personas, llegará a Uruguay en febrero en un proceso de inserción paulatina que culminará a fines de abril o comienzos de mayo, fechas en las que se estarán trasladando todos a sus residencias definitivas, en zonas semi urbanas del interior del país.
En Uruguay viven unos 250 refugiados, principalmente colombianos y personas del continente africano que arribaron al país solos o con sus familias escapando de conflictos armados o situaciones precarias de vida. El Uruguay como país de inmigrantes, históricamente ha recibido a refugiados quienes están amparados por legislación local, incluyendo elegir otro país o volver a su nación de origen