El conglomerado industrial alemán Siemens anunció este lunes que va a abandonar la fabricación de electrodomésticos y centrarse en sus actividades de energía, con la compra de la empresa norteamericana Dresser-Rand, activa en el sector del gas de esquisto.
El conglomerado con sede en Munich anunció la venta al grupo Bosch, por 3.000 millones de Euros, de su participación del 50% en la coempresa de electrodomésticos que tenían juntos, Bosch und Siemens Hausgeräte.
Previamente, Siemens había anunciado la compra por 7.600 millones de dólares de Dresser-Rand, fabricante de maquinaria para la extracción de gas de esquisto, un sector en plena expansión en Estados Unidos, con sede en Houston (Texas) y cotizado en Nueva York.
”Con la venta de nuestra participación en BSH (Bosch und Siemens Haushaltsgeräte), seguimos centrándonos en nuestra actividad primordial”, la energía eléctrica en sentido amplio, afirmó en un comunicado el director de Siemens, Ralf Thomas.
La salida de Siemens de la fabricación de aspiradoras y lavadoras forma parte de la estrategia de su presidente, Joe Kaeser, de centrarse en los segmentos más rentables: plantas eólicas, turbinas de gas, transporte (Siemens fabrica el tren alemán de alta velocidad ICE), y salud.
Esta estrategia pasa por la cesión de las actividades periféricas del grupo, que tiene la segunda mayor capitalización en la bolsa de Fráncfort después de Bayer.
Así, en julio vendió su actividad de fabricación de material de laboratorio de microbiología, y poco después los servicios informáticos para hospitales y clínicas. En paralelo, Siemens compró en mayo el negocio de turbinas de gas y compresores de Rolls Royce.
La compra de Dresser-Rand, una empresa con 8.000 empleados y un volumen de negocios de 3.030 millones de dólares en 2013, forma parte de la misma estrategia. Le adquisición permitirá a Siemens fortalecer su segmento de gas y petróleo, muy débiles, y sus actividades en Estados Unidos, según Jasko Terzic, analista de DZ Bank.
La compra de la empresa estadounidense le permitirá a Siemens aprovechar la expansión de la producción de gas de esquisto en Estados Unidos, ya que los compresores y las bombas de extracción de Dresser-Rand se emplean en el proceso de fracturación hidráulica.