Ocho de cada 10 argentinos cree que la situación económica del país se encuentra peor que durante el año pasado, según un estudio de la consultora Kantar Worldpanel. Contrasta con el 2013 cuando la opinión estaba muy polarizada: 52% opinaba que la economía había empeorado pero para un 48%, había mejorado respecto a 2012.
El informe de ConsumerWatch 2014, basado en una encuesta a 750 hogares, arrojó que esta percepción se explica ante todo por la brecha en la suba de precios y salarios: los primeros parecen subir por ascensor y los segundos por escalera.
El encarecimiento de los medios de transporte y servicios, como así también la falta de mecanismos de financiación, también explican la caída del optimismo en los argentinos. Las tasas de financiamiento que ofrecen los bancos hoy resultan poco accesibles para los clientes, que piensan en el día a día cómo ganarle a la inflación.
Los depósitos a plazo fijo en pesos de los bancos ofrecen tasas que van desde el 14 al 22% anual, lejos de los niveles de una inflación que las consultoras privadas calculan en un piso del 40% para 2014.
Sin embargo, la inseguridad y la violencia aún es la primera preocupación para el 78% de los entrevistados, en una encuesta con respuestas múltiples. El aumento de precios se encuentra en segundo lugar con un 55% y en tercer lugar se ubica la crisis económica, que preocupa a cuatro de cada 10 argentinos.
La manera en que los argentinos ven la economía se refleja en la caída del consumo, uno de los grandes motores del kirchnerismo a nivel interno. Guillermo Oliveto, director de la consultora W, explica que el consumidor tuvo distintos comportamientos en los últimos años. En 2010 y 2011, era alegre, optimista y compulsivo, pero entre 2012 y 2013 pasó a estar alerta y calculador en sus gastos. Ahora está preocupado y frustrado, aseguró el autor del libro Argenchip.