La congresista colombiana Clara Rojas, que estuvo secuestrada seis años, pidió a las FARC que aclaren si respetan a las víctimas del conflicto armado, después de que ese grupo guerrillero cuestionara que ella sea una “víctima”.
“Creo que es importante que a través de pronunciamientos como éste vayamos aclarando lo que piensan las FARC de las víctimas y si las respetan, es algo que tienen que responder”, dijo Rojas a Efe.
La ahora miembro de la Cámara de Representantes fue secuestrada en 2002 junto a la entonces candidata presidencial Íngrid Betancourt, a la que acompañaba en calidad de jefa de debate para la campaña en la antigua zona de distensión establecida en San Vicente del Caguán, en el sur del país, por el presidente Andrés Pastrana en el marco de una fallida negociación de paz con la guerrilla.
Sin embargo, en un extenso artículo publicado en su página web, las FARC aseguraron que el caso de Rojas no fue un secuestro puesto que ella pidió acompañar a Betancourt en su captura debido a que, según la guerrilla, ambas mantenían “una relación sentimental desde mucho antes”.
“Todo lo publicado en ese artículo es falso y me parece desafortunado, es una forma de las FARC de desacreditarme, quizás por mi repercusión pública”, sostuvo la congresista.
Durante su secuestro Rojas quedó embarazada de un guerrillero y dio a luz en precarias condiciones en la selva, algo que la guerrilla asegura que la afectó psicológicamente hasta el punto de maltratar al bebé.
“Clara se mostraba siempre muy ruda con él, y lo lastimaba con frecuencia (…) El planteamiento de Ingrid (Betancourt) fue que le quitaran el niño a Clara, porque a su juicio ella, pese a ser su madre, o lo dejaba morir o lo salía matando”, afirman las FARC en el artículo.
El niño luego fue descubierto en un orfelinato de una zona muy pobre de Colombia donde lo habían abandonado los narco-guerrilleros.
La congresista consideró que estos pronunciamientos “sojuzgan la situación de las víctimas y minimizan la situación que vivieron”.
Asimismo, Rojas valoró las declaraciones del jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, que expresó en La Habana, sede de las negociaciones de paz, su más “enérgica protesta” contra este “ataque personal”.
“No me esperaba un pronunciamiento así pero me parece muy importante que se haga como una manera de enderezar el proceso de las víctimas y garantizar un mínimo de respeto, que tengamos unas garantías fundamentales”, declaró Rojas
La congresista, que aseguró no haber tenido nunca “expectativas” positivas con respecto a la posición de las FARC, aseguró que su voluntad de participar como víctima en el proceso de paz ha decaído tras la polémica.
“Ya no tendría ningún interés en ir a La Habana para ser maltratada de nuevo. Nadie querría volver a pasar por eso”, subrayó.
De la Calle aseveró hoy en La Habana que estos “ataques personales” generan “preocupación” en momentos en que ambas partes del diálogo están abordando el tema de las víctimas del largo conflicto colombiano con participación de personas que han sufrido secuestros y torturas y representantes de los miles de asesinados y desaparecidos.
El segundo grupo de víctimas que va a participar en el diálogo está previsto que llegue a La Habana el próximo 10 de septiembre.
De la Calle exigió a los guerrilleros aclarar esas manifestaciones que, según dijo, “son incompatibles con un deseo expresado en los acuerdos de reconocer a las víctimas y asumir las responsabilidades consecuentes”.