El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortará en octubre su previsión de crecimiento de América Latina para este año, situada originalmente en un 2,0 %, debido a un desempeño más débil de la mayoría de las economías de la región, reveló un alto directivo del organismo.
“Los últimos datos nos han mostrado una mayor debilidad de la esperada en la gran mayoría de los países de la región”, señaló en un seminario en Santiago Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del FMI.
“Estamos teniendo este punto de inflexión en el ciclo económico de América Latina, en donde aquellas economías que deberían estar comportándose mejor, todavía no lo hacen, y las que se deberían desacelerar, se han desacelerado de manera muy profunda”, dijo.
“De ahí que estamos esperando un crecimiento económico para este año menor al 2,0 %, y sí una recuperación el año entrante”, agregó.
Werner precisó que las revisiones a la baja se centrarían en países como Brasil, Chile, Perú, Argentina, Uruguay y Venezuela, mientras mantendrían sus actuales previsiones Colombia y México.
El directivo del FMI explicó que el decaimiento de la región se debe, en parte, a una reducción en las tasa de crecimiento de las exportaciones, inicialmente las de materias primas, a lo que se han sumado además factores locales en cada uno de los países.
Precisó que aunque los valores de los productos básicos de exportación de la región siguen siendo elevados desde una perspectiva histórica, sí se ha producido el fin de su crecimiento sostenido, que se mantuvo durante una década por la fuerte expansión de China.
Werner también resaltó que varias economías de la región ya han alcanzado sus niveles potenciales de crecimiento, con base en su capacidad de productividad, lo que se ha hecho evidente en algunos signos de sobrecalentamiento, mediante déficit en cuenta corriente y algunas presiones inflacionarias.
“Estos son los factores domésticos que afectan de manera diferenciada a cada uno de los países y explican esta desaceleración un poco sincronizada”, dijo.
“Con una perspectiva de mediano plazo, nosotros vemos que el crecimiento en América Latina para los próximos años, con un marco de políticas estables, va a ser más bajo que el que vimos en la última década”, sostuvo.
“Para los próximos cinco años, el crecimiento difícilmente será cercano al 4,0 % que registramos (en la última década), será más cercano a un promedio del 3,0 %”, proyectó.
Por estas razones, el director del FMI señaló que “en toda la región, para mejorar la capacidad productiva de mediano plazo, hay que hacer reformas estructurales”.
“Actualmente hay más bien una falta de capacidad de las economías de seguir creciendo a la misma velocidad. Para recuperar esa capacidad de crecer de manera más elevada en toda América Latina va a haber que trabajar en medidas que ayuden a que la capacidad productiva de las economías sea mayor”, aseguró.
A modo de ejemplo, citó la reforma educativa que impulsa el Gobierno chileno.
“Eso va a permitir que se desarrollen ciertos sectores en el área de servicios, tal vez también se desarrollen ciertos sectores en la parte exportadora no tradicional y que obviamente permitan que esta economía crezca más rápido”, afirmó.
Afirmó que también es necesario resolver “cuellos de botella, como son las infraestructura o la energía, que son temas que van a poder mejorar la capacidad productiva de estas economías”.