El gobierno argentino y los fondos especulativos con sentencia a favor por bonos impagos de la deuda soberana no avanzaron el jueves en la búsqueda de una salida negociada al litigio que los enfrenta y volverán a reunirse el viernes, a días de un vencimiento que podría hacer caer en default a Argentina.
“Las cuestiones que dividen a las partes siguen sin resolverse por el momento”, indicó el mediador Daniel Pollack en un comunicado tras reunirse por separado con las partes en sus oficinas de Manhattan, anunciando una nueva reunión el viernes.
Pollack señaló que propuso a las partes “discusiones directas cara a cara”, tal como instó el juez federal estadounidense Thomas Griesa a cargo de la causa, pero la comitiva argentina “declinó” la oferta. Fue la tercera reunión de este tipo en las últimas semanas.
Tras el encuentro, el fondo NML Capital acusó a Argentina de “total falta de voluntad” para negociar y aseguró que el gobierno de la presidenta Cristina Fernandez dejó en claro que “elegirá el default la semana próxima”.
“Argentina se negó nuevamente a negociar cualquier aspecto de la disputa. En vez de eso, sus representantes indicaron simplemente que no era posible una solución”, agregó un vocero de ese fondo en un comunicado.
La comitiva argentina estuvo integrada por la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el secretario de Finanzas, Pablo López; y el Legal y Administrativo, Federico Thea. No viajó a Nueva York el ministro de economía Axel Kicillof
NML Capital y Aurelius tienen una sentencia a su favor de Griesa para el cobro de 1.330 millones de dólares en concepto de bonos impagos de la deuda soberana argentina que entraron en default en 2001.
Estos fondos, que Buenos Aires llama “buitres”, compraron esos títulos ya en default y luego litigaron en la justicia estadounidense para cobrar 100% de su valor. Los fondos rechazaron entrar en los canjes de deuda efectuados por Argentina en 2005 y 2010 que implicaban quitas de hasta un 70% sobre el valor nominal de los títulos, y que tuvieron una aceptación del 92,4% de los acreedores.
Luego de que la Corte Suprema de EEUU rechazara ver en el caso, el fallo de Griesa quedó vigente.
El juez bloqueó el pasado 27 de junio un giro de 539 millones de dólares de Argentina a un banco de Nueva York para pagar un tramo de su deuda reestructurada, exigiendo el cumplimiento de su sentencia que establece que al mismo tiempo el país debe abonar a los litigantes.
Si ese pago a los bonistas que entraron en los canjes no se efectúa antes de que venza el plazo de gracia el 30 de julio, el país entraría en un default técnico, diferente al colapso total de fines de 2001 pero de consecuencias imprevisibles para su economía.
El martes pasado, el magistrado rechazó un pedido argentino de restablecer una medida cautelar para suspender la ejecución de su sentencia e instó a ambas partes a negociar de manera “continua” para evitar un “default”.
Según Argentina, la suspensión del fallo hasta fin de año es una condición imprescindible para poder negociar con los fondos, ya que el país debe evitar que se aplique una cláusula de los canjes que le impide mejorar antes de esa fecha la oferta recibida por los acreedores que cambiaron sus bonos, so pena de tener que igualar los pagos.
El miércoles, la presidenta Cristina Fernández defendió la estrategia de su país. “Quiero decirle a todos los argentinos que Argentina no va a caer en default por una razón muy sencilla, esencial. Porque en default entran los que no pagan y Argentina paga”.