Colombia definirá el domingo su próximo presidente entre el actual mandatario y su rival conservador, en un ajustado mano a mano que confronta dos recetas, casi un referendo, para poner fin a un conflicto con la guerrilla: negociar la paz o regresar a la lucha sin cuartel.
Las encuestas pronostican la elección más disputada en la historia reciente colombiana, con el presidente de centro Juan Manuel Santos y el ex ministro Óscar Iván Zuluaga muy cerca el uno del otro en las preferencias.
Aunque Zuluaga -delfín político del ex presidente Álvaro Uribe- triunfó en la primera vuelta del 25 de mayo, no consiguió la mayoría de votos para consagrarse y ahora tiene que volver a medirse con el mandatario.
Santos se jugó todas sus fichas a la promesa de continuar el diálogo de paz con las FARC en Cuba para cerrar un sangriento capítulo en la historia colombiana.
Incluso aumentó la apuesta esta semana cuando anunció que el Gobierno inició conversaciones preliminares de paz con el otro grupo guerrillero colombiano, el más pequeño Ejército de Libración Nacional (ELN).
En la primera vuelta, Santos se impuso en las regiones rurales que más han sufrido por el enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y la guerrilla.
Zuluaga subió como la espuma con su discurso de mano dura, capitalizando las dudas de millones sobre la intención de la guerrilla de dejar las armas. Y en la primera ronda ganó en las grandes ciudades, pacificadas por la ofensiva militar de su mentor Uribe, lo que lo llevó a sumar más votos que Santos.
Para el balotaje Zuluaga suavizó un poco su discurso para atraer a algunos electores de Santos. Pero advirtió que de ganar sólo mantendrá diálogos de paz si la guerrilla acepta sus condiciones, algo poco probable considerando que exige el cese unilateral e indefinido del fuego y cárcel para los líderes rebeldes sin posibilidad de participar en la política.
Los postulantes derrotados en la primera vuelta dividieron sus respaldos para el balotaje. Mientras la ex candidata del Partido Conservador Marta Lucía Ramírez decidió apoyar a Zuluaga, la izquierdista Clara López respalda a Santos y la búsqueda de un acuerdo de paz. El ex alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa se abstuvo de tomar partido.
Para el domingo hay casi 33 millones de colombianos habilitados para votar. Como no es obligatorio sufragar, en la primera vuelta la abstención fue del 60%. Y con el Mundial de Fútbol de Brasil en marcha, al que Colombia clasificó por primera vez en 16 años, la afluencia a las urnas no promete mejorar mucho.