En los primeros cinco meses del año, el Gobierno de Nicolás Maduro gastó 317.000 millones de bolívares, lo que equivale a unos 50.380 millones de dólares. En el mismo lapso de 2013, los gastos habían sumado 177.000 millones de bolívares (28.130 millones de dólares).
Si se neutraliza el efecto de la inflación, que el año pasado fue del 56.2%, el crecimiento del gasto público en el período queda en 13%. El porcentaje es preocupante, ya que en un contexto de alza de precios generalizada, profundizar el gasto sólo puede provocar una aceleración de la inflación.
Mucho más si se tiene en cuenta que la principal fuente de financiamiento de ese gasto es la emisión monetaria, último recurso ante la caída sostenida de exportaciones y de los ingresos.
Entre los rubros que se llevaron la mayor parte de los fondos, se destaca el pago de salarios y subsidios, las deudas con entes públicos y las transferencias a las regiones del país, según informa El Universal.
Lo grave es que en 2013, descontando el factor inflacionario, se había registrado una retracción del 3% en el gasto. Esto es lo que suele ocurrir a comienzos de todos los años, porque las mayores obligaciones se concentran hacia el final.
Que haya habido un crecimiento tan importante da cuenta del nivel de desproporción alcanzado por el Estado durante los 15 años de chavismo.
El aumento desenfrenado del empleo público es uno de los testimonios más evidentes de este proceso. Actualmente la nómina de estatales asciende a 2,6 millones de trabajadores, consecuencia de las sucesivas nacionalizaciones de empresas y de su posterior uso para repartir favores políticos.
Sólo las erogaciones en salarios sumaron 90.000 millones de bolívares, 60% más que en 2013, cuando habían sido 50.000 millones. Con el pago de aguinaldos y otros rubros, los gastos van a incrementarse aún más en lo que resta del año.
El otro rubro que parece cada vez más difícil de sostener es el de las personas que reciben pensiones y subsidios sociales. Lejos de hacer de estas herramientas un uso temporario hasta que el mejoramiento de las condiciones económicas permitiera su ingreso pleno al mercado laboral, el modelo chavista las utiliza también con un criterio político.
Por ello, en vez de disminuir, el número de pensionados aumenta. Entre beneficiarios del Seguro Social y de la Gran Misión en Amor Mayor, ya llegaron a 2,5 millones de personas.
En un contexto de inflación, emisión monetaria y gasto público crecientes, pero con ingresos reales en baja y una economía cada vez menos competitiva, poco a poco, Venezuela se vuelve un país inviable.