El envejecimiento de la población y una mayor urbanización en América Latina, con el consiguiente aumento de las enfermedades crónicas, provocará que la demanda de servicios de salud exceda la capacidad financiera de la región, advirtió el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El estudio, que compara los planes de beneficios en salud de varios países de la región, subraya el bajo gasto sanitario público en Latinoamérica, que pasó de 3,4 % al 4,1 % del producto interior bruto (PIB) total en los últimos quince años.
Se trata de la mitad del gasto público medio en salud como porcentaje del PIB de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es del 7,9 %.
“El gasto público en salud per cápita es en América Latina 8 veces menor que en los países desarrollados”, indicó Fernando Regalia, jefe de la División de Protección Social y Salud del BID, en rueda de prensa.
Regalia señaló que además el contexto económico de la década pasada fue favorable y que ahora se prevé que la presión sobre las cuentas públicas sea mayor, ya que los recursos para la salud no han crecido a la par de la demanda en América Latina.
Las nuevas tendencias en enfermedades en la región apuntan a un alza de las de tipo crónico, como diabetes o cáncer, fruto en gran parte del mayor envejecimiento y la mayor urbanización, y muchas de de ellas relacionadas con la creciente obesidad.
Regalia afirmó que “con la excepción de Haití, la mayoría de las mujeres latinoamericanas están en sobrepeso”.
En 2025, el 50 % de los hombres y el 60 % de las mujeres serán obesas en América Latina, uno de los principales factores de riesgo para este tipo de enfermedades.
Por países, el porcentaje de gasto de los ingresos individuales por parte de los ciudadanos dedicado a salud en 2012 fue del 63,7 % en Venezuela, el 53,3 % en Guatemala, el 51,4 % en Ecuador y el 44,1 % en México. Frente a esto, aquellos que tuvieron que aportar menos de su bolsillo correspondieron a Colombia, con el 14,8 %; Uruguay con el 16,5 % y Argentina con un 20,1 %.
El gasto per cápita de los latinoamericanos en salud es de 32,7 % de sus ingresos, mientras que en los países de la OCDE es de 13,2 %.
El objetivo de futuro pasa, además, por aumentar los recursos en prevención y atención primaria, antes de llegar al especialista, insistió Úrsula Giedion, autora del estudio. Asimismo, el informe destacó que el incremento de las muertes por enfermedades crónicas, que representaron en 2010 el 68 % del total, tiene importantes consecuencias económicas y sobre la productividad laboral