El prestigioso economista estadounidense Paul Krugman se mostró abiertamente crítico con las posiciones defendidas por los bancos centrales europeos y cuestionó que el objetivo de inflación establecido se sitúe por sistema en el 2 %.
El premio Nobel de Economía consideró que estas metas deben ser superiores para favorecer la recuperación económica y alertó del riesgo de deflación que corre Europa si continúa por el mismo camino.
Krugman dio este mensaje en Sintra (Portugal) a favor del abandono de las políticas de baja inflación durante su intervención en un foro organizado por el Banco Central Europeo (BCE), con su presidente, Mario Draghi, entre los asistentes a su conferencia.
La advertencia del académico estadounidense entra en contradicción con la postura de Draghi, quien, en ese mismo escenario, defendió que el objetivo a medio plazo del BCE de aproximar la inflación al 2 % no está en discusión.
El máximo responsable de la política monetaria comunitaria se manifestó abierto a la posibilidad de tomar medidas para favorecer la subida de precios, pero insistió en la importancia de medir bien los tiempos.
Krugman -que durante la crisis se ha caracterizado por censurar duramente las políticas de austeridad adoptadas en los países de la UE- avisó de la trampa a la que se dirige la UE con tasas de inflación tan bajas, próximas a cero, y citó el caso de Japón como ejemplo a evitar.
El 2 % podía ser un buen objetivo durante la década de los noventa, pero no lo es ahora, recalcó el economista, profesor de la Universidad de Princeton (EEUU).
Agregó que el crecimiento de la demanda agregada sería igualmente insuficiente incluso con tasas de inflación en esos niveles, lo que causaría decepción entre los europeos.
Los países con bajas tasas de crecimiento y una baja inflación corren el riesgo de caer en una especie de agujero negro a nivel político y económico, según Krugman, un círculo vicioso del que para escapar sería preciso medidas más radicales de las que parecen estar por venir.
El economista admitió ser consciente de que cualquier propuesta para aumentar el objetivo de inflación es recibida con escepticismo por los bancos centrales, y consideró que la meta del 2 % cuenta con la ventaja de ser el valor establecido por defecto pese a la falta de razones científicas para defenderla en cualquier contexto.
Los bancos centrales no sólo tienen que prometer, sino que deben actuar y ser agresivos, insistió.
Política monetaria en un contexto económico en evolución es el título del foro organizado por el BCE en Sintra, que culmina con la intervención de nuevo de Mario Draghi tras 48 horas de debates y conferencias.