Estados Unidos inició el lunes un proceso contra cinco oficiales del Ejército de China por espionaje industrial y económico, en una medida inédita que las autoridades chinas no dudaron en clasificar como absurda.
Es un caso en que alegamos espionaje económico por parte de miembros de las fuerzas armadas chinas, y es la primera vez que se presentan cargos contra agentes de un estado por este tipo de piratería, dijo el Fiscal General, Eric Holder, al anunciar el caso ante un jurado en Pennsylvania.
Poco después de conocerse esta iniciativa, el Gobierno chino calificó las acusaciones de absurdas y apoyadas en hechos fabricados.
Los cargos fueron presentados contra cinco integrantes de la Unidad 61398 del Ejército Popular de Liberación (nombre del Ejército chino), por supuestamente haber robado, entre 2006 y 2014, secretos de empresas estadounidenses del segmento de energía, para beneficiar a compañías estatales chinas.
Los acusados fueron identificados como Wang Dong, Sun Kailiang, Wen Xinyu, Huang Zhenyu y Gu Chunhui, oficiales de la Unidad 61398, del Tercer Departamento del Ejército Popular de Liberación, informó el Departamento de Justicia.
El proceso alega que los cinco acusados conspiraron para invadir entidades estadounidenses, mantener acceso no autorizado a sus computadoras y robar informaciones que serían útiles para competidores en China, incluyendo empresas estatales, informó el Departamento de Justicia en un comunicado.
Entre las empresas mencionadas en el proceso como víctimas del espionaje económico chino se encuentran Westinghouse, US Steel y Alcoa, así como las filiales de SolarWorld.
Holder dijo este lunes que el juicio debe servir como una advertencia.
Esta administración no tolerará acciones por parte de ninguna nación que se proponga sabotear empresas estadounidenses y minar la integridad de la libre competencia en el funcionamiento del mercado, expresó Holder a la prensa.
De acuerdo con el alto funcionario estadounidense, el juicio deja claro que los actores estatales que participen en espionaje económico, aún a través de la red Internet desde oficinas en Shanghai, serán descubiertos y que buscaremos su arresto y procesamiento ante una corte estadounidense.
El Departamento de Justicia informó que este juicio es resultado de varios años de investigaciones. Holder dijo que el proceso se proponía además poner rostros y nombres a quienes se encuentran detrás de los teclados en Shanghai.
Por su parte, el director del Buró Federal de Investigación (FBI), James Comey, expresó que desde hace mucho tiempo el gobierno chino utiliza el ciberespionaje de forma desvergonzada para obtener ventajas económicas para sus empresas estatales.
En esta misma jornada, China reaccionó con firmeza y consideró que las acusaciones son absurdas y apoyadas en hechos fabricados.
El portavoz de la cancillería china, Qin Gang, añadió que estos hechos ponen en peligro la cooperación y la confianza mutua entre los dos países.
Beijing pidió a Washington que corrija inmediatamente su error y abandone este 'procesamiento', agregó. La acusación contra el personal chino es absurda y sin ningún fundamento, estimó.
China ya ha expresado previamente su descontento por el espionaje informático realizado por Estados Unidos, como muestran documentos revelados por el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden.
En febrero pasado, la empresa especializada en seguridad Mandiant publicó un informe donde afirmaba que China realizaba enormes inversiones en espionaje cibernético.
Como parte de ese esfuerzo China habría montado una unidad ligada al sector militar con miles de empleados que robaban propiedad intelectual y secretos gubernamentales alrededor del mundo.
Según Mandiant, ese equipo funciona desde una sede en las afueras de Shanghai y sería conocido como APT1 (Advanced Persistent Threat, amenaza avanzada persistente).