La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, garantizó la seguridad de las 32 selecciones que participarán en el Mundial y de los miembros de la FIFA, informaron este viernes medios locales.
“Garantizo que ningún miembro de la FIFA o de las selecciones extranjeras será importunado”, afirmó la mandataria la noche del jueves en una cena con periodistas deportivos.
Rousseff consideró que las autoridades brasileñas aprendieron “mucho” con la experiencia de la Copa Confederaciones de 2013, cuando se registraron protestas multitudinarias en todo el país en demanda de mejores servicios públicos y una reforma política.
Asimismo, admitió que el año pasado hubo “excesos” por ambas partes, tanto de los manifestantes como de la “represión policial” de las protestas.
No obstante, consideró que durante el Mundial, que comienza el próximo 12 de junio, no habrá disturbios porque los manifestantes se portarán “de forma diferente” ya que, según ella, “la opinión pública es contraria a la violencia” y a los actos de vandalismo.
El jueves Brasil vivió una nueva jornada de protestas en una decena de ciudades contra los altos gastos del Mundial y en demanda de mejores servicios sociales, que derivaron en enfrentamientos puntuales con la policía en Sao Paulo.
A diferencia del año pasado, cuando las manifestaciones fueron espontáneas, sin que fueran convocadas por grupos políticos o organizaciones sociales, las protestas de esta semana fueron organizadas por el movimiento de los “sin techo” y por grupos contrarios al Mundial.