La presidenta chilena Michelle Bachelet, se comprometió a reconstruir “con todos los recursos que sean necesarios” la ciudad de Valparaíso, asolada por un gran incendio en los cerros circundantes y aún activo que ha dejado por lo menos 14 muertos, 2.000 viviendas destruidas y más de 15.000 damnificados.
Unos 1.300 bomberos, brigadas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), con apoyo de una veintena de helicópteros y aviones cisterna, continuaban combatiendo el incendio que se desató el sábado en un sector forestal cercano a la ciudad y rápidamente se expandió hacia zonas pobladas de varios cerros vecinos.
El fuego rebrotó en los sectores de Pajonal y Cerro Ramaditas, donde destruyó unas 250 viviendas.
“Quiero expresar toda mi solidaridad y la del Gobierno con las personas y las familias que están siendo afectadas”, señaló la mandataria, quien este lunes sostuvo una reunión en el palacio de la Moneda con sus ministros para abordar los efectos del siniestro.
Bachelet, que había encabezado la víspera un comité emergencia en Valparaíso, una ciudad portuaria de 250.000 habitantes y situada a 120 kilómetros de la capital, aseguró este lunes que se está “llevando adelante un esfuerzo enorme por controlar este incendio y tener la ayuda necesaria en la región”.
“Pero también por encontrar en otras regiones y fuera de Chile el apoyo en aviones que nos permitan controlar un incendio y un fuego de dimensiones nunca vistas”, agregó.
La Conaf anticipó que aplacar definitivamente el incendio puede tomar más de 20 días.
La ubicación geográfica de Valparaíso, que mira al océano Pacífico en una bahía rodeada por 42 cerros, dificulta las labores y también el hecho de que soplen fuertes vientos y las temperaturas sean inusualmente elevadas para el otoño austral.
La mayor parte de las viviendas destruidas por el incendio eran añosas, de material frágil y edificadas sobre los cerros, a los que difícilmente se puede acceder por estrechas calles y mayoritariamente de tierra.
Y es que del pasado esplendor que hizo famoso al puerto chileno en el siglo XIX, de la mano del auge de la minería y como antesala obligada para el tráfico marítimo entre el Atlántico y el Pacífico a través del estrecho de Magallanes, queda muy poco.
La riqueza arquitectónica de la planicie de la ciudad, forjada por urbanistas franceses e ingleses, fue dando paso con el tiempo a una expansión descontrolada y a zonas de una gran pobreza. De hecho, la región de Valparaíso ha registrado durante décadas altísimas tasas de desempleo, con independencia del ritmo de crecimiento general del país.