Los países no tienen que cambiar sus modelos económicos para convertirse en exportadores de manufacturas para asegurar el éxito, sostuvo el Premio Nobel de Economía y columnista del New York Times Paul Krugman, durante una rueda de prensa en Lima organizada por la escuela de negocios Esan.
“Las personas se preocupan demasiado en la dependencia de productos básicos como los commodities. No es necesario pasar a un modelo de exportación de manufacturas”, afirmó Krugman.
“Creer que la manufactura es la clave del desarrollo no se sustenta en la experiencia”, agregó.
El economista destacó el caso de Chile que depende de las exportaciones de minerales y lo calificó como una “historia de éxito”, en comparación con México que cambió a ser un país manufacturero y que pese a ello no ha logrado equiparar su rendimiento.
“¿Por qué Chile es más exitoso que México? Entre las razones, la más obvia es la educación”, manifestó.
La economía emergente de China es un modelo “peligroso” para Krugman, pues se basa en una alta tasa de inversión y tiene un consumo interno muy bajo, algo que solo se puede sostener con un rápido crecimiento, por lo que proyecta que en el futuro habrá “un enorme ajuste”.
“Va a tener que cambiar el patrón a uno de gasto más sostenible”, indicó.
Para Krugman, la economía peruana sufre de la “enfermedad holandesa” al estar dominada por los recursos naturales, poseer una moneda fuerte y tener una industria manufacturera no muy competitiva.
Según el también académico, Perú debe preocuparse más por tener una economía productiva y por aumentar la calidad de su educación en lugar de darle un valor agregado a sus productos, lo cual por el momento no es crucial.
“Ser un país manufacturero no es necesariamente la ruta a seguir. Perú es un país productivo sin tener un sector manufacturero importante”, aseguró.
El Nobel también indicó que los países de América del Sur han enfrentado mejor la crisis económica mundial porque tienen una política fiscal estable y porque son menos vulnerables a la deuda externa.
“Eso va a mantenerse. No hay que preocuparse por la caída de precios básicos de los minerales”, expresó.
El economista además señaló que los niveles de desigualdad son equiparables tanto en los países ricos como en los pobres de todo el mundo, y que la diferencia entre ambos son las políticas de redistribución que se utilicen.