La presidenta de Chile, Michelle Bachelet aceptó la renuncia de cuatro gobernadores nombrados hace apenas ocho días. El cese de los jefes provinciales Claudia Placencio (Chiloé), Salvador Delgadillo (Santiago), Hernán Vargas (Antofagasta) y Cristián Fernández (Ñuble) se debió a la falta de idoneidad para desempeñar sus cargos, bien porque gozaron de beneficios sociales que supuestamente no les correspondían o por inadecuados manejos de recursos.
“El Gobierno de la presidenta Bachelet está trabajando desde el primer día para llevar adelante su programa de gobierno (…), se está en el proceso de instalación de los nuevos equipos y la designación de las nuevas autoridades”, declaró el ministro secretario general de Gobierno, Álvaro Elizade.
“En este marco se ha aceptado la renuncia de los gobernadores de Antofagasta, Ñuble, Chiloé y el del delegado provincial de Santiago”, agregó Elizalde, quien atribuyó a una ciudadanía más empoderada la mayor fiscalización de la vida de los altos cargos del nuevo gobierno, que en algunos casos ha supuesto su salida del gabinete.
“Los estándares que hoy se están aplicando por parte de la ciudadanía para calificar si una persona puede o no desempeñar un cargo público son mucho más exigentes que en el pasado”, reconoció.
Estas renuncias se unen a las de cuatro subsecretarios (viceministros) que habían sido designados por Bachelet y que, cuestionados por diversos motivos, finalmente no alcanzaron a ocupar sus cargos en el nuevo Gobierno de Chile, que asumió sus funciones el pasado día 11.