Desde Qatar lo niegan y en la FIFA no se hacen comentarios, pero el diario británico 'The Telegraph' asegura tener los documentos que confirmarían las acusaciones de soborno que recaen sobre el país organizador del Mundial de fútbol de 2022, señalando más concretamente a la figura de Jack Warner, ex vicepresidente de la FIFA.
De acuerdo a las informaciones del periódico inglés, Warner y sus dos hijos habrían recibido casi dos millones de dólares poco después de la votación sobre la sede del Mundial en diciembre de 2010. De hecho, el rotativo afirma que los pagos fueron efectuados por la empresa Kemco, que pertenece al ex candidato a la presidencia de la FIFA Mohamed bin Hammam. La firma transfirió a Warner 1,2 millones de dólares, mientras que sus hijos Daryll y Daryan recibieron 432.000 y 316.000 dólares, respectivamente.
El comité organizador del Mundial de 2022 negó el pago de cualquier soborno o cualquier otro método ilegal en la concesión del Mundial a través de un portavoz, quien afirmó que los organizadores desconocen cualquier acusación que involucre negocios entre individuos privados e insisten en que la candidatura de 2022 se atuvo estrictamente a las reglas de la FIFA, de acuerdo a su código ético.
Por su parte, la FIFA se negó a realizar cualquier declaración sobre lo publicado por el Telegraph y se limitó a indicar en un breve comunicado que cualquier evidencia de potencial infracción puede será remitida al Comité de Ética de la FIFA para una mayor investigación.
Warner, ex presidente de la CONCACAF, dimitió de todos sus puestos en el fútbol en 2011 acusado de sobornar a dirigentes caribeños en nombre de Bin Hammam cuando el qatarí se enfrentó a Joseph Blatter por la presidencia de la FIFA. El árabe, por su parte, retiró su candidatura poco antes de la votación y luego fue suspendido de por vida por el comité ético de la FIFA, aunque la Corte Arbitral del Deporte (CAS) levantó la sanción alegando que el caso no estaba totalmente probado.
El Mundial de Qatar lleva perseguido prácticamente desde que obtuvo la sede por acusaciones de corrupción, así como denuncias de abusos sobre los trabajadores en las obras relacionadas con el evento. Además, aunque la licitación dejaba claro que el Mundial debía organizarse entre junio y julio de 2022, el calor extremo de los meses de verano en el Golfo Pérsico podría obligar a la FIFA a trasladar el torneo al invierno.