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Los desafíos de Bachelet: reformas tributaria, educacional y falta de energía

Miércoles, 12 de marzo de 2014 - 09:31 UTC
La reforma de la constitución tendrá que esperar según expertos pues se necesitan mayorías especiales en el congreso La reforma de la constitución tendrá que esperar según expertos pues se necesitan mayorías especiales en el congreso

La socialista Michelle Bachelet asumió este martes por segunda vez la presidencia de Chile luego de vencer en la segunda vuelta de diciembre a la candidata conservadora. Ahora deberá poner en marcha el extenso programa de 50 propuestas prometidos para los 100 primeros días de su presidencia que presentó durante la campaña electoral.

 Su gobierno cuenta con mayoría en el Congreso y una de las primeras reformas será la tributaria. El proyecto definitivo todavía no fue presentado, pero el objetivo es modificar el sistema impositivo para financiar principalmente la educación pública en todos sus niveles. Al mismo tiempo, se entrará de lleno en un debate, justamente, para la reforma educacional.

“Va a ser lo primero que haga su gobierno, porque tiene que realizarlo antes de que los estudiantes comiencen a movilizarse en abril o mayo. Es el único modo de dejarlos offside y de comprarse tiempo para hacer otras cosas”, arriesgó Kenneth Bunker, investigador del Observatorio Electoral del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales.

En principio, Bachelet tiene el camino resuelto para ambas reformas. El bloque Nueva Mayoría tiene quórum tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, mientras que la oposición no recoge una cantidad de escaños suficiente para frenar las iniciativas oficialistas.

Pero el nuevo gobierno no puede confiar en que el Congreso esté sin obstáculos. “Hay que mirar las rencillas entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista. Algunos díscolos impedirán algunos proyectos particulares, aunque los legisladores se agruparán para pasar las reformas más importantes”, señaló Bunker.

Ninguna de las dos reformas estará tampoco libre de polémica. Francisco Klapp, investigador del programa económico de Libertad y Desarrollo, advirtió que la reforma tributaria “genera incertidumbre” en una economía que está entrando en recesión.

“Bachelet tiene la mayoría en el Congreso, pero los cambios son tan profundos que la discusión no va a ser fácil. Es un cambio radical del sistema tributario chileno, porque se modificaría la base sobre la que tributan las personas”, aseguró.

En lo que respecta a la reforma constitucional, la tercera propuesta, el trayecto será más difícil. Cambiar la carta magna chilena –heredada de la dictadura de Augusto Pinochet– no es sólo ambicioso, sino que también es prácticamente imposible desde el punto de vista institucional. Requerirá una gran alianza en el Congreso con la oposición, liderada por la coalición de derecha entre Renovación Nacional (RN) y la Unión Democrática Independiente (UDI), cercana al pinochetismo.

“Nunca hubo una posibilidad de lograr 3/5 o 2/3 de las Cámaras. Por lo tanto, la reforma constitucional es inviable”, explicó Bunker. ”Me parece que estuvo incluida dentro del programa como un elemento retórico, pensado para forjar el tono del programa, y no como una tercera promesa. Nunca se explicó en detalle cómo se reformaría la Constitución. Hubo un momento en que se debatió si sería la vía constitucional (Congreso) o la extra-constitucional (plebiscito). Pero Bachelet nunca manifestó por cuál optaría. No estará dentro de las prioridades de los primeros meses. Es más, me sorprendería si entra dentro de los dos primeros años“, consideró.

La política económica del gobierno de Bachelet quedará manifiesta en los primeros meses. Alberto Arenas es quien asumió como ministro de Hacienda de la nueva gestión. La semana pasada, en una conferencia de prensa, admitió que el panorama no es alentador: Bachelet recibe ”una herencia de economía desacelerada, de un crecimiento bajo“. El motivo principal es el nuevo escenario internacional, de recuperación de los países desarrollados y de caída de los precios del cobre.

”En el programa de Nueva Mayoría no hay nada sobre cómo dinamizar la economía en el corto plazo“, criticó Klapp. ”La única medida que aumentaría el crecimiento es a muy largo plazo, que es la mejora de la educación. Pero en el corto plazo no se ve más que aumento de precios, de las regulaciones; no medidas concretas que ayuden a enfrentar este ciclo de menores flujos de las economías emergentes“, insistió.

La expectativa de crecimiento para este año varía entre el 4,1% y el 3,8%, un porcentaje menor que los 5 puntos promedio que tuvo la gestión de Piñera. Para Klapp, las bajas proyecciones deben ubicarse dentro del contexto internacional, pero también obedecen a las ”incertidumbres“ creadas por los anuncios de reforma, que podrían ”poner en juego el resguardo que tiene la propiedad“.

El crecimiento del PIB no es la única preocupación económica. La inminente crisis energética causa dolores de cabeza entre políticos y empresarios. Los problemas en las inversiones, desde lograr que los proyectos sean aprobados hasta que sean concretados, han provocado un serio déficit de producción. Klapp se mostró pesimista al respecto. ”El programa de Bachelet sobre la energía es bastante vago. Habla de fortalecer la institucionalidad, pero no habla de cómo lo va a hacer, ni si va a conservar el rol preponderante de los privados o si la generación de energía será estatal o mixta“, sostuvo.

”Hay un fuerte conflicto entre los defensores del medioambiente y de quienes quieren más energía y barata. A esto se suma que en los últimos años se han hecho pocas inversiones en el desarrollo energético.

Categorías: América Latina.