El gobierno de Venezuela tiene una deuda que oscila entre 2.000 y 2.500 millones de dólares con constructoras brasileñas que actúan en ese país en proyectos de infraestructura y saneamiento, según reveló un informe del diario Valor Económico de Sao Paulo.
Según el Diario Financiero las constructoras brasileñas tienen en Venezuela un portafolio de 20.000 millones de dólares, que según fuentes del sector, fue “afectado” por el “retraso”, “agravado” en los últimos días, en los pagos por los servicios prestados en ese país.
Según el diario, la articulación política entre la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, no es la misma que tenían sus antecesores Lula da Silva y Hugo Chávez, respectivamente, y ese escenario ha permitido que China gane “más espacio” en Venezuela, apuntó la información.
Entre 2003 y 2010, Lula viajó 16 veces a Venezuela y Chávez, quien falleció hace un año víctima de un cáncer, lo hizo en veinte ocasiones a Brasil, mientras que Rousseff visitó tres veces Caracas, una de ellas en 2011 cuando todavía gobernaba el líder y Maduro igualmente sólo estuvo una vez en Brasilia después de su elección.
El informe indicó que el 70% de la deuda venezolana con constructoras brasileñas corresponde a servicios prestados por Odebrecht, cuya relación con el Gobierno venezolano se habría deteriorado en 2012 con una eventual aproximación de la empresa con el líder opositor Henrique Capriles.
La constructora Odebrecht consultada por el diario minimizó el problema y afirmó que el atraso es “normal” en el sector, tiene 13.000 empleados en Venezuela y participa, entre otros, en dos líneas del metro de Caracas, una nueva pista del aeropuerto de Maiquetía, que opera para la capital, una hidroeléctrica y dos puentes.
Otras constructoras brasileñas que actúan en Venezuela, pero en menos proyectos, son Queiroz Galvao, Camargo Correa y Andrade Gutiérrez.