Me siento honrado de tener a mi cargo dentro de la Cancillería Británica a las Islas Falkland, las cuales ocupan un lugar muy especial en el pensamiento británico y en la historia británica. Y la próxima semana al fin podré, por primera vez, viajar a conocer las Islas y su gente personalmente. Y más entusiasmado no puedo estar.
Esta es una época verdaderamente histórica para las Islas Falkland. El año pasado, el pueblo de las Falkland apareció en primera plana de los diarios de todo el mundo, e imágenes de la emisión de votos en el histórico referéndum de marzo recorrieron el globo. Se registró un nivel de asistencia a las urnas impensable para los políticos de otras democracias del mundo, y el resultado fue una clara manifestación del deseo de ustedes de seguir siendo un Territorio de Ultramar del Reino Unido. Dicho resultado transmitió al mundo el contundente mensaje de que el pueblo de las Islas Falkland existe, que tiene voz y que se lo debe escuchar.
Es una pena que el Gobierno Argentino siga desoyendo este mensaje y que intente negarles el derecho humano fundamental de determinar su propio futuro. Es indignante que profiera amenazas contra quienes participan de emprendimientos económicos legítimos o trate de perjudicar a quienes buscan relaciones de comercio y prosperidad mutua con los vecinos de las Falkland. Una nación de cuarenta millones de habitantes que ejerce presión sobre una comunidad de tres mil personas en el siglo XXI no es una imagen muy edificante.
Pero existe otro camino. Tanto el Gobierno de las Islas Falkland como nosotros mismos dijimos que queremos sentarnos con el Gobierno Argentino a hablar de una serie de temas concretos relativos al Atlántico Sur, entre ellos recursos naturales, comunicaciones y medidas de fomento de confianza. Creemos que tenemos mucho de que hablar, y que sería beneficiosa para todas las partes, y para la región, una mayor cooperación entre nosotros. Pero estas reuniones no pueden, no deben y no van a excluir al Gobierno de las Islas Falkland, el cual debe participar de cualquier conversación que afecte su futuro. La Argentina debería aprovechar esta oportunidad en lugar de despreciarla.
Por eso quiero ser claro e inequívoco: si el Gobierno Argentino cree que una retórica hostil y amenazas a los medios de subsistencia del pueblo de las Islas van a forzar al Reino Unido a negociar la soberanía de las Falkland, por encima de las personas que las habitan, está profundamente equivocado. El Gobierno Británico cumplirá con la responsabilidad que le impone la Carta de la ONU de respetar el derecho de ustedes a la libre determinación. La Argentina puede seguir optando por desoír la opinión de los Isleños, pero es una política destinada al fracaso.
Porque, a pesar del ruido que se genera del otro lado de las aguas, el futuro de las Falkland se ve cada vez más promisorio. Las Islas tienen una economía floreciente basada en la pesca, la agricultura y el turismo. Tienen un considerable superávit presupuestario y un índice de desempleo envidiablemente bajo. Y están invirtiendo con creciente éxito en la educación de sus jóvenes para dotarlos de las habilidades necesarias en un mundo cada vez más complejo e interconectado.
Sumado a todo esto, ustedes se hallan actualmente a las puertas de un gran cambio, dado que la producción de petróleo está cada vez más cerca de convertirse en realidad. No estoy diciendo que no haya considerables desafíos por delante. Sí los hay, y estos acontecimientos deberán ser manejados cuidadosamente. Habrá que tomar algunas decisiones difíciles. Pero frente a todo esto, seguiremos, por supuesto, estando junto a ustedes.
Si el 2012 apuntó a recordar el pasado, en muchos aspectos el 2013 se orientó a definir una visión de futuro: una visión optimista, centrada en la próxima generación. El 2014 traerá desafíos que vendrán junto con importantes decisiones que tomarán acerca de su futuro desarrollo económico. Pero las Islas se encuentran en excelente situación y creo que ustedes sus habitantes pueden encarar los años venideros con entusiasmo y confianza. Me complace saber que muy pronto podré comprobarlo por mí mismo y visitar en persona estas Islas verdaderamente únicas.