La agencia calificadora de riesgo Moody’s dijo el lunes que espera que el peso argentino se deprecie un 50% más este año para concluir el 2014 en torno a las 12 unidades por dólar y que la inflación supere en el período un 30%. También pronostica que la caótica elaboración de políticas, parece perpetuar la incertidumbre y la preocupación.
En un informe distribuido a sus clientes Moody's sostiene que la devaluación del peso de un 17% la semana pasada, la mayor caída de la moneda local en 12 años, (y casi 23% desde principios de año), tiene implicancias negativas para bancos y empresas.
La agencia recordó que permitir una devaluación es una típica medida adoptada por gobiernos para reducir la pérdida de reservas cuando sus monedas están bajo presión, pero en el caso de Argentina, al no incluir “esfuerzos creíbles y sustentables para reducir el déficit fiscal” y moderar la inflación, es “improbable” que el país logre reducir esas presiones.
Por el contrario, según Moody’s, más que contener la ansiedad, “la caótica elaboración de políticas de Argentina parece perpetuar la incertidumbre y la preocupación”.
La agencia prevé además un incremento de tensiones políticas debido a los intentos de los sindicatos por preservar el valor de los salarios, y advierte que permanece poco claro qué políticas usará el gobierno de Cristina Fernández para combatir la huida de capitales, controlar la inflación y restaurar la confianza inversora.
La devaluación del peso deteriorará también la rentabilidad y la calidad de los activos de los bancos, dijo Moody’s, ya que la aceleración de la inflación producirá una declinación del poder de compra, perjudicando la capacidad de los tomadores de crédito para honrar sus deudas. Asimismo las empresas verán encarecerse los costos de sus créditos, lo que también dañará su rentabilidad.