Los productores rurales privados en Cuba podrán desde esta semana aumentar sus tierras hasta 67,10 hectáreas con terrenos entregados por el Estado en usufructo, una medida que apunta a la necesidad urgente de incrementar la producción de alimentos, una erogación anual de cientos de millones de dólares para la isla que alguna vez fuera un vergel, pero sucumbiera ante el colectivismo.
La Gaceta Oficial publicó el viernes pasado un nuevo decreto que permite que “personas naturales” o sea campesinos privados que estén “vinculados” a las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), también privadas, sean favorecidos con la medida.
Las CCS son autónomas, en contraste con otras como las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) o las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) administradas con participación del Estado.
En 2012 otro decreto gubernamental permitió el mismo límite de propiedad de tierras, o sea 67,10 hectáreas a “personas naturales” integradas a las UBPC y a las CPA, pero no a los granjeros miembros de la CCS privadas. A partir de ahora, las solicitudes de los campesinos “particulares ” integrados a esas entidades se someterán para su aprobación, no obstante, a los delegados o directores provinciales de la Agricultura, que son cargos oficiales.
Otro requisito es que las autorizaciones serán otorgadas en aquellos municipios donde solo existan Cooperativas de Crédito y Servicios, o sea privadas o en áreas que estén a más de cinco kilómetros de cooperativas estatales. Otras peticiones que no correspondan a esas situaciones, tendrían que ser decididas por el Ministro de Agricultura.
La medida está, claramente, en el contexto de los cambios que comenzó el gobierno de los hermanos Castro desde 2008 y que buscan la formación de un sector no estatal tanto en las zonas urbanas como la agricultura, sin perderse el control del Estado sobre la economía.
Hasta el momento, las transformaciones sobre la propiedad y la organización agrícola lograron un aumento parcial de la producción nacional, aunque lejos del suficiente. Cuba paga aún facturas anuales que rondan los mil 500 millones de dólares en importaciones de alimentos. Un objetivo de los cambios es rebajar esos pagos mediante la producción nacional.
Según las cifras oficiales disponibles, entre enero y septiembre de 2013 esa producción reportó bajas en productos alimenticios imprescindibles en la mesa del cubano, como los frijoles, el plátano y la patata entre otros. Hoy, al informar sobre la nueva medida de distribución de tierras, el diario oficial Granma citó al Ministerio de la Agricultura al señalar que en los últimos cinco años el Estado entregó a granjeros, en usufructo, más de un millón 580 mil hectáreas de tierras que estaban ociosas.
En otras ocasiones se ha reportado que la cifra de campesinos privados que recibieron terrenos en virtud de los cambios supera los 173.000. Cuba tiene una superficie agrícola de 6 millones 342 mil 418 hectáreas de las cuales aún un millón de hectáreas están ociosas, dijo Granma.
El diario, que es órgano del gobernante Partido Comunista consideró que con la decisión anunciada hoy “se fortalece el proceso de entrega de tierras ociosas en usufructo y se busca una mejor explotación de ellas” . Y aclaró que “producir más y mejor continúa siendo una urgencia impostergable”.