El embajador Zeng Gang dijo que su Gobierno está dispuesto a realizar consultas para buscar una solución al tema, pero no habló de levantar las restricciones.
Las restricciones del gobierno de China al ingreso de aceite de soja argentino quedaron hoy en firme, aunque con la posibilidad de la apertura de un diálogo para la búsqueda de una solución. Ese fue el resultado de la reunión que mantuvieron el canciller Jorge Taiana y el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, con el embajador de China en Buenos Aires, Zeng Gang.
Taiana le expresó a Gang, su gran preocupación por las medidas que restringen el ingreso de aceite de soja argentino a ese país y pidió que se suspendan, según informaron fuentes diplomáticas. Y Zeng le respondió que China está dispuesta a mantener un estrecho contacto que permita realizar consultas para la búsqueda de una solución al problema.
En términos diplomáticos, el gobierno del gigante asiático confirmó que existen las restricciones, pero que está dispuesto a discutirlas con la Argentina. La relación comercial bilateral entre China y Argentina muestra así la primera fricción seria desde que el líder Hu Jintao visitara al entonces presidente Néstor Kirchner en 2005.
En esa oportunidad se firmaron protocolos y documentos que establecieron un escenario comercial para ambos países que rigió la relación hasta hoy. El Ministerio de Industria busca desligar la situación de su política de protección, al aducir que la medida de China, de tipo sanitaria, persigue el objetivo de ese país de poder desarrollar dentro de su territorio todo el proceso de industrialización de la soja.
Pero los aceiteros opinan que el origen del problema es el persistente entorpecimiento al ingreso de productos de ese país.
En rigor, la aplicación de licencias no automáticas a las importaciones asiáticas no generan mayor problema que la decisión, en combinación con Brasil, de aplicar con mayor rigor los controles antidumping a productos de ese origen.
Las primeras solo retrasan el ingreso de las mercaderías, pero las segundas implican sacarlas del mercado. Empresarios dejaron trascender también malestar con la suspensión del viaje de Cristina Fernández a Beijing el año pasado para evitar que Julio Cobos quedara al frente del Poder Ejecutivo.
Así, lo concreto es que desde el 1ro de abril entró en vigencia la disposición del gobierno chino que prohíbe el ingreso de aceite de soja sin refinar con más de 100 partes por millón de hexano, el solvente con el cual se extrae el producto del cereal. De acuerdo con datos de la consultora Abeceb.com, la medida implica una pérdida de por lo menos 623 millones de dólares en recaudación de retenciones y la necesidad de buscar mercados alternativos. (DyN)