La cuestión se definirá en mayo, cuando se conozcan los resultados de las gestiones de las que formó parte Cristina Fernández para conseguir sumar a los mandatarios que se oponían a su designación.
Tanto en Montevideo durante la asunción de José Mujica como este lunes, en Lima, la Presidenta habría buscado el apoyo de Uruguay, Perú y Colombia, los tres países que lo negaron en 2007. En aquel momento, por el conflicto que generó la pastera Botnia, Tabaré Vázquez vetó por escrito la designación de Kirchner. Aunque menos explícitos, Alan García y Alvaro Uribe pusieron reparos por los vínculos estrechos entre el ex presidente y Hugo Chávez.
Según fuentes del kirchnerismo, Alan García ya habría cambiado su posición y Mujica entregado señales en ese sentido, por lo que faltaría el visto bueno de Uribe. El resto de los jefes de Estado mantendría el apoyo. Trascendió que, durante la asunción de Mujica, en un momento se encontraron Cristina, Chávez y Rafael Correa para conversar sobre el tema, y luego se sumaron Evo Morales y Fernando Lugo. Los operadores confían en llegar a un acuerdo -la designación debe ser por unanimidad- en la próxima cumbre de la Unasur, que sería entre fines de abril y comienzo de mayo en Buenos Aires. Y, así, Kirchner aprovecharía para evitar un ámbito en el que no se siente cómodo: el Congreso.
En un escenario adverso para el oficialismo luego de quedar en minoría en Diputados, y ante su ausencia en la sesión del miércoles de la semana pasada, desde el kirchnerismo partió un análisis poco alentador: Esto es desgaste y pura pérdida, y la evaluación de que sería conveniente una salida decorosa para evitar que se potencien las críticas: el ex presidente no integra ninguna comisión y se estima que su paso por la Cámara no será fructífero en términos de trabajo parlamentario, todo lo contrario. La titularidad de la Unasur encaja perfecto en esos planes.
La versión sobre la renuncia a la banca, sin embargo, fue rechazada por los propios hombres de confianza del ex presidente. Lo descarto totalmente, aseguró Juan Manuel Abal Medina -asesor ad honorem de Kirchner en la Cámara Baja-, a la salida del Museo de la Memoria, a Clarín.