Rusia reaccionó ante las acusaciones que el presidente Vladimir Putin estaría detrás del envenenamiento del ex espía ruso, y anunció que expulsará a diplomáticos británicos de su territorio, e informó que abrirá sus propias pesquisas. Empero los líderes occidentales no cejan en sus acusaciones contra Moscú por lo que consideran un uso sin precedentes de un arma química en tiempos de paz.